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“Tú tienes palabras de vida, Ciclo “C”; obras completas de San Vicente de Paúl.; |
Ambientación: Para toda la cuaresma: un
camino de papel. Una flecha grande de papel con la inscripción: “hacia la Pascua”. Vela grande con una
imagen de Cristo Resucitado o Señor de la Misericordia.
Cantos
sugeridos:
Tan cerca de mí. Jesús estoy aquí.
AMBIENTACIÓN:
Jesús, en
medio del camino hacia Jerusalén, donde le espera la muerte, muestra su rostro
luminoso, el de Hijo de Dios. Hoy también nosotros ponemos nuestra confianza en
el Señor crucificado y resucitado. Esta confianza es la que nos mantiene firmes
a pesar de los obstáculos del camino.
1. Oración
inicial
Señor Jesús,
en estos días de cuaresma,
danos también a nosotros la gracia
que diste a Pedro, Santiago y Juan,
de conocerte vivencialmente,
para que viendo tu manifestación
y reconociendo el testimonio
que el Padre dio de ti,
reconociéndote como su HIJO elegido,
te escuchemos y te sigamos,
asumiendo tus enseñanzas,
haciendo nuestro tu estilo de vida,
viviendo a tu manera.
Regálanos la gracia de encontrarte
vivo y presente en tu palabra escrita,
para que cada vez te conozcamos más
y hagamos vida lo que Tú nos has dejado en ella.
Ayúdanos a vivir lo que nos pides
amando como Tú,
teniendo tus mismos sentimientos y actitudes.
Que así sea.
I. LECTIO ¿Qué dice el texto? – Lucas 9,28-36
Motivación: En
el camino hacia la cruz, Jesús quiere animar a sus discípulos y les manifiesta
su verdadera identidad. Pedro, Santiago y Juan, en representación de todos
nosotros, reciben una invitación: Subir a la montaña. Encarar el camino de la
vida en compañía de Jesús. Sentirle cercano, convivir con Él, escucharle,
transformará nuestra vida y nos hará ver con otros ojos la realidad. Escuchemos:
Forma de leerlo:
1.
Proclamar
el texto en voz alta (todos de pie).
2.
Cada
uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención (sentados).
Preguntas para la
lectura:
· ¿A
qué discípulos invita Jesús a tener esta experiencia de la transfiguración? ¿A
dónde van?
· ¿Qué
sucede con Jesús? ¿Cómo se describe su transformación? ¿Cómo reacciona Pedro?
· ¿De
qué hablaban Jesús, Moisés y Elías? ¿A quiénes representan estos dos personajes
del Antiguo Testamento?
· ¿Cuál
es el mandato que reciben los discípulos? ¿De dónde procede la voz?
· ¿Cómo
termina la escena?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mateo 17,1-8; Marcos 9,2-10;
Marcos 5,37; Marcos 14,40; Marcos 16,5.
II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos
dice el Texto?
Motivación: Nosotros
queremos tomar en serio la invitación de Dios: Este es mi Hijo elegido,
escúchenlo. Por eso la Iglesia, nos anima a contemplar el rostro luminoso de
Jesús, aunque muchas veces esté velado por la sombra oscura de la cruz.
·
Dios Padre nos pide escuchar a su HIJO, ¿de qué manera lo
hago?, ¿cuál es mi actitud en este sentido?
·
Escuchar es obedecer, siendo así, aquello que sé del Señor, su
Palabra, ¿es para mí norma de vida y de conducta o es solo información? A lo
largo de mi día a día, ¿busco iluminar mis actitudes y mi manera de ser con lo
que el Señor quiere y espera de mi?, ¿cómo?
· ¿Cómo
me ayudan los momentos de transfiguración ante las dificultades que a veces
encuentro en mi seguimiento de Jesús?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III.
ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Como Jesús, vamos a
subir al monte donde podemos orar y experimentar la presencia de Dios. Queremos
que la oración transforme nuestra vida y nuestro compromiso, para que
manifestemos en nosotros la gloria de Dios.
· Luego
de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de
gracias o la súplica confiada.
· Se
puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 26).
IV.
CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Para san Vicente, Jesús es el esplendor del
Padre, la luz que ilumina a toda persona, la imagen perfecta del hombre nuevo,
de la mujer nueva. Por eso nos invita a contemplarlo:
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón
tan caritativo! ¡qué llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la tierra y todas
las persecuciones y tormentos que has recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor
humillado hasta nosotros y hasta un suplicio infame! ¿Quién ha amado en esto al
prójimo más que tú? Viniste a exponerte a todas nuestras miserias, a tomar la
forma de pecador, a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una
muerte ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una forma tan
supereminente? (XI, 555)
· Cuaresma:
un tiempo para SUBIR: dedicar un buen tiempo a la contemplación de Jesús
mediante la oración. Un tiempo para BAJAR: qué acciones puedes realizar esta
semana para “transfigurar” tu realidad personal, familiar, comunitaria…?
Oración final
PADRE
BUENO, danos tu Espíritu Santo
para
escuchar tu HIJO…
para
conocerte siempre más…
para
aprender de tu HIJO a amar sin condiciones…
para
realizar tu proyecto de amor…
para
manifestar el amor que nos tienes…
para
darte a conocer con nuestra vida…
para
dar testimonio de ti…
para
anunciar tu Buena Nueva…
para
encontrar en ti la vida…
para
ser instrumentos de tu amor…
para
vivir de acuerdo a tu voluntad…
para
hacer vida las Escrituras…
para
proclamar que solo Tú eres Dios…
para
que en ti encontremos vida y salvación…
para
imitar a tu HIJO… AMÉN.