Fuentes:
“Tú tienes palabras de vida, Ciclo B”; obras completas de San Vicente de Paúl. |
Ambientación: Biblia abierta, dentro un corazón con la palabra: ¡Amarás!
Cantos sugeridos: Amar es entregarse; Amar es vida
AMBIENTACIÓN:
El
Evangelio de hoy nos exhorta a vivir desde lo esencial, que se resume en un amo
indiviso a Dios y al prójimo. Del reconocimiento de Dios como único Señor surge
la exigencia de amar al prójimo. Jesús llevará este mandamiento a su plenitud.
1. Oración inicial
Señor
Jesús,
te
preguntan:
¿cuál es
el mandamiento más importante?...
y ahí
manifiestas el corazón de toda nuestra fe,
la
actitud y la disposición que debemos tener
en
relación a Dios y a los que nos rodean,
pues nos
haces ver,
que
debemos amar a Dios y amar al prójimo,
como
expresión de nuestra búsqueda de ti
y
adhesión vivencial a ti.
Señor,
ayúdanos a confrontar nuestra vida
Con tu
proyecto de amor,
con lo
que Tú quieres y esperas de nosotros,
para que
cada vez más
actuemos
y vivamos
como Tú
lo hiciste
y como
Tú quieres y esperas de nosotros.
Que así
sea.
I. LECTIO ¿Qué
dice el texto? – Marcos 12,28-34
Motivación: En la medida que nuestro amor a Dios sea
sincero y auténtico, esto lo expresaremos en nuestra relación con los demás,
donde se hará evidente aquello que sentimos respecto del Señor, y nuestra fe se
notará en la actitud que tengamos con los que nos rodean. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
·
¿Qué
le pregunta el letrado que se acerca a Jesús?
·
¿Cómo
le responde? ¿Cuál es la novedad que aporta el Señor a lo que exige la ley?
·
¿Cómo
reacciona el escriba? ¿Qué le responde?
·
¿Qué
dice con respecto al culto, a los sacrificios que prescribía la Ley?
·
¿Qué
le dice Jesús?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Mt 22,34-40; Lc 10,25-28; Lv 19,18
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: El amor es la norma suprema del cristiano,
hasta el punto de que todo lo demás, incluso el culto que ofrecemos a Dios,
carece de valor si no expresa amor al Señor y al prójimo. Con humildad y
realismo, dejemos que este texto cuestione nuestra adhesión a Cristo y la
manera como estamos viviendo nuestro compromiso.
·
El amor a Dios parte del hecho, que Él ocupa
el centro de mi corazón. ¿Qué lugar ocupa Dios en mi vida?, ¿qué importancia le
doy?, ¿de qué manera me relaciono con Él?
·
¿Qué leyes, normas, costumbres… has colocado
en tu vida por encima del amor?
·
¿Qué significa en tu vida “amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma con todas
tus fuerzas”?, ¿cómo lo expresas ante los demás?
·
Jesús dice al letrado: “No estás lejos del Reino de Dios”. ¿Qué diría de ti? ¿por qué?
·
Sabiendo que el amor, es actitud y vida,
¿cuál es mi actitud con aquellos que tengo a mi lado?, ¿puedo decir que soy
reflejo y presencia de Dios para ellos?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: Jesús nos ha insertado en la dinámica del
amor y desde allí estamos llamados a vivir amando. Concluimos nuestro encuentro
agradeciendo el don de Dios y pidiéndole que seamos auténticos en nuestro amor.
· Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
·
Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo (Salmo
17).
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente en una conferencia a los
misioneros sobre la caridad afirma:
“Esta caridad es de obligación; es un
precepto divino que abarca otros. Todos saben que en el amor de Dios y del
prójimo están comprendidos toda la ley y los profetas, todo se condensa en
ello; todo se dirige allá; y este amor tiene tanta fuerza y primacía que el que
lo posee cumple las leyes de Dios, ya que todas se refieren a este amor, y este
amor es el que nos hace hacer todo lo que Dios pide de nosotros…
Dadme a un hombre que ame a Dios solamente,
un alma elevada en contemplación que no piense en sus hermanos; esa persona,
sintiendo que es muy agradable esta manera de amar a Dios, que le parece que es
lo único digno de amor, se detiene a saborear esa fuente infinita de dulzura. Y
he aquí otra persona que ama al prójimo, por muy vulgar y rudo que parezca,
pero lo ama por amor de Dios. ¿Cuál de esos dos amores creéis que es el más
puro y desinteresado? Sin duda que el segundo, pues de ese modo se cumple la
ley más perfectamente. Ama a Dios y al prójimo. ¿Qué más puede hacer?” (Conferencia
30 mayo 1659)
Compromiso:
Inspirado por la Buena Nueva recibida, piensa en algunos signos concretos de tu
vida que muestren durante la semana el amor: a
Dios, al prójimo, a ti mismo.
Oración
final
Señor Gracias por tu
Palabra.
Gracias por dedicarme
estos mandamientos.
Gracias Señor por
recordarme que sobre todo hay que amar al prójimo. Y también amarse a uno
mismo, con la medida que Tú nos amas y valoras.
Dame la Gracia de saber
encontrar en mi vida esos agujeros en mi corazón donde nunca permití que Tú
vengas a Reinar. Donde en su lugar puse ídolos, que yo mismo me fabriqué y que
me doy cuenta que no llevan a la felicidad.
Señor que haga del amor
la base de mi vida. Y el amor también indica perdonar y buscar la justicia. Que
siempre sea justo y siempre sea amoroso contigo y con los demás.
Dame la gracia de
reconocerte a Ti, como el único Dios verdadero y de poder seguirte y amarte en
todo.