Fuentes: “Tú tienes palabras de vida, Ciclo B”; obras completas de San Vicente de Paúl. |
Ambientación: Canasta pequeña, con dos monedas. Cirio. Frase: Dio todo lo que tenía.
Cantos sugeridos: Amar es entregarse; Cuando el pobre nada tiene
AMBIENTACIÓN:
El texto de hoy nos llama la atención respecto de
la manera de vivir nuestra fe. Por un lado nos hace ver el peligro de vivir una
fe de apariencias y por otro nos invita a confiar y esperar siempre en el
Señor, creyendo y esperando en Él, depositando en Él nuestra vida,
abandonándonos a su providencia, como la viuda pobre a la que Jesús alaba.
Oración inicial
Señor Jesús,
ayúdanos a comprender y valorar
la actitud de esa viuda que dio
más que todos los demás,
porque dio todo lo que tenía.
Danos Señor,
la gracia de saber dar todo de nosotros
para ayudar a los que nos necesitan;
ayúdanos a saber ser generosos
contigo y con los demás,
no dejando nada para nosotros,
sino colocando todo a tu servicio,
dándonos totalmente,
esperando siempre en ti,
confiando en tu amor y en tu providencia,
sabiendo que teniéndote a ti,
todo lo tenemos y que solo Tú
puedes saciar nuestras ansias más profundas.
Que así sea.
I. LECTIO ¿Qué dice
el texto? – Marcos 12, 38-44
Motivación: En muchas ocasiones, Jesús, tiene palabras
duras para los que ponen su confianza en el dinero. Hoy sus palabras son de
alabanza para una mujer pobre que pone a disposición de los demás todo cuanto
tiene. Esa es su gran riqueza: “La generosidad compasiva”. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
·
¿Qué actitudes de los escribas y fariseos
deben evitar los discípulos de Jesús?
·
¿Dónde se encuentra Jesús en la segunda parte
del relato? ¿Qué es lo que observa?
·
¿Qué destaca Jesús de la actitud de la viuda
(Mc 12,43-44)?
· ¿Qué
valor da Jesús al gesto de los escribas?, ¿por qué dice que la viuda dio más
que todos los anteriores?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Mt 23,6-7; Lc 20,45-47; Lc 21,1-4; Lc 11,43.
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: El Evangelio de hoy ha puesto ante nuestros
ojos un ejemplo de piedad sin par, una muestra de apertura total a Dios, un
culto de corazón que se hace vida. Ahora la elección es nuestra. Dejémonos
interpelar por las ideas sugeridas por el texto y pongámonos en camino de
conversión y de mirada agradecida.
·
El Señor critica a los fariseos porque viven
su fe de apariencias. ¿Hay algo en mí, en mi relación con Dios o con los demás,
que el Señor podría criticar?
·
La viuda
pobre puso toda su confianza en Dios. ¿Mi
confianza en Dios es absoluta, como la de aquella mujer?
·
¿Qué actitudes de “escriba” en mi forma de
creer o de seguir a Jesús debo abandonar?
·
¿Tengo capacidad para “dar” y “darme” con lo
poco que tengo y que soy?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: La viuda pobre dio de lo que necesitaba,
aquello que le era vital, en un gesto de confianza en el Señor, esperando en
Él. Así la viuda es ejemplo de desprendimiento, pero también de confianza en el
Señor. A él le expresamos con la misma confianza nuestra oración.
· Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
· Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 145).
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: Generosidad y confianza en la Providencia es
lo que nos enseña la viuda del evangelio. Comentando este texto, san Vicente
dice a las hermanas:
«Dios bendice más un escudo dado de limosna
con buen corazón que muchas grandes riquezas que no se dan de buena voluntad.
Un día, Nuestro Señor vio a una pobre anciana con su bastón acercarse al
gazofilacio, que es lo que nosotros llamamos cepillo, y echó dentro un pobre
denario de limosna, pues no tenía más que eso. El se sintió más gozoso al ver
la buena voluntad de aquella pobre mujer que del orgullo de los que echaban
grandes limosnas; pues la verdad es que Dios mira solamente la buena voluntad».
(IX, 1201).
Y les
anima a poner toda su confianza en Dios Providente: «No
pretendan reservarse nada para su subsistencia; fíense siempre de la
Providencia. Los ricos pueden caer en necesidad por ciertas circunstancias que
con frecuencia suceden, pero no caerán nunca jamás en necesidad los que quieren
depender enteramente de Dios. ¿No es bueno vivir de esta forma, hijas mías?
¿Qué hay que temer? Dios ha prometido que las personas que tengan cuidado de
los pobres no carecerán nunca de nada. Hijas mías, ¿no prefieren las promesas
de Dios a los engaños del mundo? Dios se ha obligado a proveer a vuestras
necesidades». (IX,30)
Compromiso:
Precisar cuáles son mis dos mejores monedas que quiero entregar hoy para
construir el Reino de Dios.
Oración
final
Para que seamos generosos y desprendidos
ayúdanos a confiar y esperar todo de ti,
danos seguridad en ti,
haz que esperemos todo de ti,
haz que te tengamos a ti como nuestra riqueza,
haz que miremos la vida con tus ojos,
haz que coloquemos nuestro corazón en ti,
haz que Tú seas todo para nosotros,
haz que aprendamos a vivir de tu providencia,
haz que creamos que Tú nunca nos abandonas,
haz que experimentemos tu ayuda,
ven en nuestra ayuda…
danos tu corazón y tus sentimientos…
haz que sintamos alegría en dar,
haz que encontremos paz en el servicio,
haz que nuestro corazón reboce de gozo al ayudar…
AMÉN.