Voluntariado Juvenil Vicentino
sábado, diciembre 26
lunes, noviembre 23
descargas juveniles y otros
FE
P. Wojciech Giertych, O.P. Teólogo de la Casa Pontificia
La virtud teologal de la fe es un don de Dios. Fruto de la gracia prepara nuestra mente para aceptar los misterios revelados por Dios. Los contenidos de nuestra fe nos han sido entregados por la Iglesia a través de las Sagradas Escrituras y la tradición viva, pero la capacidad de aceptar estos misterios nos llega directamente de Dios en el acto del bautismo, o incluso antes, al momento de la conversión que lleva al bautismo.
¿Por qué Dios nos dona esta virtud? La respuesta más sencilla es que la fe nos capacita para encontrar a Dios. Pero ¿por qué Dios prefiere el encuentro por medio de la fe en vez de revelarse empleando sencillamente medios cognitivos? Después de todo la fe implica humildad intelectual, una disposición por la que el intelecto mismo, creado por Dios con un impulso intrínseco hacia la verdad, se abstiene de utilizar independientemente todos los poderes de esta guía para apoderarse de la verdad, y bajo la influencia de la voluntad, se rinde para recibirla como don. ¿Es esta, pues, una simple degradación del intelecto? Este, en definitiva, puede llegar a la verdad empleando sus propios métodos cognitivos, experimentales o filosóficos. Dado que el intelecto puede alcanzar la verdad, ¿por qué debe entonces someterse a la fe, asumiendo una posición de discípulo adoctrinado por el Maestro que permanece oculto entre nubes de misterio? La respuesta a esta pregunta puede hallarse sencillamente en la experiencia humana. En nuestras relaciones no procedemos basándonos simplemente en conocimientos científicos. Confiamos. Donde existe confianza, hay apertura hacia el otro, hay espacio para el amor. Los conocimientos científicos no generan amor. Pero sí lo hace la confianza. Dios, por ende, ocultándose en el misterio que puede ser revelado solo por medio de la fe, nos revela un rostro humano. Mientras nos acercamos a Dios por medio de la fe, vamos aprendiendo cómo confiar en El y amarlo. Descubrimos que Dios no es una simple respuesta a las preguntas sobre la existencia humana o cósmica. Dios es un padre que espera nuestra confianza y nuestro amor. La humildad intelectual en la fe no debe, por tanto, entenderse peyorativamente. Es una extensión del intelecto hacia el vital encuentro con Dios, que al mismo tiempo deja intacta las capacidades intelectuales. La fe no obnubila el intelecto; nos permite simplemente ver mejor, para unir el conocimiento obtenido por medio de la filosofía con el recibido a través de la revelación, con el propósito de alcanzar la verdad que el intelecto, por sí solo, no podría alcanzar.
La precisión de la lengua latina nos permite distinguir tres niveles de fe. En primer lugar encontramos la creencia que Dios existe - credo Deum esse. Esta creencia no se traduce aún en una relación personal con Dios. Muchas personas aceptan la existencia de Dios, pero no llegan a sentirse turbados por Su presencia en la vida diaria. Le sigue la aceptación del principio que Dios es verdad, creer o confiar en la palabra de Dios - credo Deo. Esta es una actitud que acepta el hecho que Dios haya hablado, que su palabra contenga importantes verdades. Esta creencia puede no superar el nivel de una simple declaración. Existe, por fin, la creencia en Dios - credo in Deum, subrayado el en, que expresa movimiento. Creer en o mejor dicho hacia Dios significa asumir todas las energías del alma y dirigirlas hacia Dios. Esta forma suprema de fe está constituida por la caridad. La fe en estos niveles no acepta simplemente la existencia de Dios y su veracidad, sino que reorganiza la vida de tal modo que Dios se transforma en el principio más importante. Todo lo sentido, dicho o hecho ha sido realizado concentrándose en Dios, confiando en Su presencia, ayuda y amor. Es esta la fe que Dios espera de nosotros, porque es precisamente esta fe la que conduce al encuentro entre el Padre Eterno y sus confiados hijos. Dios no necesita de nuestra labor, pero espera con paciencia que nuestros corazones recuperen confianza en Su gracia, reciban Su amor en las actividades diarias y acepten el misterio de Su presencia en nuestras vidas.
Se debe de todas formas recordar que no es suficiente declarar nuestra fe. Debemos confesarla, cuando nuestra fe aumenta, cuando permitimos al inefable misterio de Dios penetrar en nuestras vidas, en nuestros pensamientos, sentimientos y decisiones. No existen límites para el crecimiento de la fe, porque no hay límites en la propensión hacia Dios, que es y permanecerá siendo un misterio como el misterio de Pedro cuando fue invitado a confiar, mientras Él caminaba sobre las aguas.
sábado, noviembre 14
PARA SER SANTOS
-¡Quiero que sean santos y grandes santos!
-Padre, ¿no le parece pedir demasiado?
-¡No! La santidad no es un lujo, sino un deber y un compromiso de familia. Dios lo quiere: "¡Sed santos, porque yo soy santo!", Todo hijo ha de imitar a su madre. Nuestra madre es la Inmaculada, la santa. Por eso debemos ser santos.
-Pero ser santo ¿no es algo engorroso?
-No, muchachos, es lo más sencillo y fácil. ¿Tienen una tiza? Pues bien, aquí sobre el pizarrón voy a escribir la fórmula de la santidad. ¡Cómo es de simple!
Escribe: v = V = S
-Es apenas una ecuación. La v minúscula es nuestra voluntad. La V mayúscula es la voluntad de Dios. Cuando estas voluntades chocan, es el dolor, el sufrimiento. Cuando estas dos voluntades se identifican, cuando nuestra voluntad se identifica con la de Dios, es la santidad, es la paz del corazón. ¡Que sencillo es! ¿Verdad?.
de: www.corazones.org.
martes, noviembre 3
miércoles, septiembre 30
RECORDANDO A VICENTE Y LUISA… DOS GRANDES PROFETAS DE LA CARIDAD
1.BIENVENIDA
Saludo a los participantes dándoles la bienvenidos al encuentro.
Canto: Tuve hambre y me diste de comer
Tú me dijiste, Señor, que en mi camino,
iré encontrando hambrientos de mi pan,
que habrá sedientos que vengan a mi fuente,
enfermos tristes de frío y soledad.
Tú me dijiste que sufres en el pobre,
que estás desnudo o no tienes libertad,
que en el anciano que espera Tú me esperas
y en ese niño de hambre morirás.
/Aquí me tienes, Señor, yo quiero amarte,
amando al pobre y aquel que sufre más.
Tuyo es mi pan y el agua de mi fuente,
ven a mi casa y amor encontrarás./
En el camino hay siempre un hombre herido,
que necesita mi ayuda y mi amistad.
No mil discursos que hablan de justicia,
no mil palabras que el viento llevará.
En el camino, Jesús, me estás mirando
y en tu mirada hay pena y soledad.
Quiero entregarte mi alma y mi alegría,
toda mi vida en ofrenda de hermandad.
2.PRESENTACIÓN DEL TEMA
Después de 350 años, Vicente y Luisa continúan impactando e inspirando a generaciones. El fuego de su caridad todavía arde y enciende a otros muchos. La celebración del aniversario de su muerte reaviva este fuego en nosotros. Cambia el pasado en un presente vivo que transforma.
3.PROPÓSITO DEL ENCUENTRO
Dar a conocer y recordar la vida y el carisma de Vicente y Luisa, para que la familia vicentina de hoy, a la luz de la Palabra de Dios y de los escritos de sus fundadores, reaviven su fidelidad creativa y comprometida con los más necesitados.
4.DIALOGO INTRODUCTORIO
¿Qué conoce de la vida de Vicente y Luisa?
¿Qué es lo que más le impacta de la vida de estos personajes?
¿Qué grupos conoce que trabajen con los pobres? y ¿Qué le llama la atención?
5.DESARROLLO DEL TEMA
Realizar un dialogo en off
Comentador: ahora vamos a conocer algunos datos interesantes de la vida de Vicente y Luisa, pero estos datos no son sólo para recordar sus muertes, sino para ver cómo estos iconos de la caridad dejaron huella en la historia.
Lector 1: Vicente era un hombre de orígenes campesinos y humildes
Lector 2: Luisa era una mujer de familia acomodada, intelectual y de la ciudad.
Lector 1: Vicente en su juventud era un hombre ambicioso que buscaba el sacerdocio por intereses económicos.
Lector 2: Luisa de Marillac era una mujer que quería ser religiosa desde pequeña, pero fue rechazada por ser una mujer enfermiza, e hija de madre desconocida.
Lector 1: Vicente a temprana edad logra el objetivo de llegar al Sacerdocio.
Lector 2: Luisa a edad temprana llega al matrimonio con Antonio Legrás por imposición de su familia.
Lector 1: A Vicente los pobres le muestran el rostro de Cristo en Chatillòn les Dombes.
Lector 2: Luisa se siente iluminada por Dios en un día de Pentecostés y a partir de ese momento se dedica a servir a los pobres.
Lector 1: La noche oscura en la vida de Vicente es una duda de fe, en la que oraba el Credo para no ser vencido por esta tentación
Lector 2: La noche oscura en la vida de Luisa es cuando era pretendida por algunos hombres. Ella le contaba estas cosas a Vicente para encontrar fuerzas y no caer.
Lector 1: Los sueños de Vicente y Luisa se hicieron realidad en la Cofradías, en la Congregación de la Misión, en las Damas de la Caridad y en las Hijas de la Caridad.
Comentador: Mientras perseguían su sueño con una firme convicción, Vicente y Luisa alumbraron sin ser conscientes de ello nuevos senderos, senderos que contribuyeron significativamente a renovar la Iglesia y la sociedad del siglo XVII en Francia… y más allá.
Hacer un pequeño compartir en torno a las siguientes preguntas:
¿Qué descubre de la vida de estos dos gigantes de la caridad?
¿Sería que el uno sin el otro hubiesen alcanzado los frutos que lograron?
6.ACTUALIZACIÓN DEL TEMA
A)Desde la Palabra de Dios
Abramos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno alusivo a la Palabra.
Lector(a): Mateo 25, 31-45
Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones... (Mientras tanto se puede poner música de fondo)
Animador(a): Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto:
1.¿Qué pide Jesús en el texto?
2.¿Qué impide, en nosotros(as) mismos(as), ser caritativos con los pobres?
3.Nosotros(as), ¿cómo compartimos con los demás?
B)Desde la vida
1.¿Qué realidades en la actualidad, nos exigen un compromiso con los pobres?
2.Si Vicente y Luisa estuviesen hoy entre nosotros ¿qué harían para dar una solución a esta situación actual?
3.¿Cómo vamos a releer el sueño de Vicente y Luisa a la luz de esta realidad?
C)Compromisos
- Tomados de las manos se ora el Padrenuestro.
- Terminamos haciendo un compartir como señal de nuestro compromiso con los pobres.
ORACIÓN FINAL
Haznos descubrir la audacia de San Vicente y de Santa Luisa, la laboriosidad y la fragancia de aquel amor siempre renovado por los pobres, que les ayude a cambiar de verdad su vida. Ayúdanos a hacer fuerte y humilde nuestra fe en este mundo, que parece tan alejado de Ti pero te necesita.
Has que podamos ser signo de esperanza para muchos, como lo fueron San Vicente y Santa Luisa, simples compañeros de viaje por el mar de la vida. Concédenos que no nos echemos atrás frente a las dificultades, y que nos esforcemos, con el cansancio de los brazos y el sudor de la frente, en favor de los pobres, nuestros amos y señores. Que en su escuela aprendamos a ser verdaderos hijos tuyos, dignos herederos del carisma que confiaste a San Vicente y a Santa Luisa, para bien de la Iglesia y de toda la humanidad. Que este año jubilar sea para toda la familia vicentina un momento de gracia y conversión, y para los destinatarios de nuestro amor un tiempo colmado de bendiciones. Amén.
Canto final: (Mariano)
Realizado en el Seminario Villa Paúl por:
Humberto Aristizabal, CM.
Crisanto Alfonso Medina, CM.
Genry Cristóbal Yasnó, CM.
lunes, septiembre 28
DESCARGA LIBROS GRATIS DE MESTERS
1- Abraham y Sara. (formato zip).
2- Con Jesús a contramano en defensa de la vida. (zip).
3- La misión del pueblo que sufre. (zip)
4- Los profetas y la salud del pueblo (zip.)
5- María la madre de Jesús (zip).
6- Pablo Apostol. (zip)
sábado, septiembre 19
DESCARGA MATERIAL MISIONERO DE ANTENA MISIONERA
ULTIMAS DESCARGAS 2009 A SEPTIEMBRE 2009
1 Perder para ganar - agosto septiembre 2009 (PDF)
2-» Cuando el amor es fuente de perdón - junio-julio 2009 (PDF)
3-» Un ateo y extranjero se convierte en ejemplo - mayo 2009 (PDF)
4. » Jueces impacientes - abril 2009 (PDF)
5.» El arte del perdón - marzo 2009 (PDF)6-» Hablar con uno mismo - febrero 2009 (PDF)
7- » Caminar sobre el mar- enero 2009 (PDF)
2» La cruz: una parábola que nunca fue considerada como tal.
3» Todos somos levadura, pero no todas valen.
4» Lo importante pasa desapercibido.
5» Las palabras se las lleva el viento...
6» Arriesgarlo todo... a una oveja.
8» La semilla no falta... a veces falla el comercio.
9» Jesús acompaña al caminar de los hombres.
10» Jesús enseña invitando a hacer.
12» Jesús confía en el corazón delas personas.
13» El respeto de Jesús por las personas.
14» Jesús siempre valora lo mejor de cada persona.
15» El diálogo base de la pedagogía de Jesús.
16» Realizando los valores "Utopías"
17» “Lo primero son las personas".
18» “Enseñad a guardar lo que os he mandado" -
21» "Haced esto en memoria mía"
22» "Recibiréis el Espíritu Santo "
23» "Bautizad".
25» "Anunciad"
26» "Id"
27» Experiencias de Diálogo Intercultural e Interreligioso.
28» Instrumentos para trabajar la interculturalidad
29» Inerculturalidad y armonía entre las culturas
30» ¿Qué es la interculturalidad?
33» La iglesia católica y el diálogo interreligioso
38» Débora una mujer al frente de su pueblo
40» Mujeres ancianas en la bíblia
41» La mujer vista desde el corazón de Dios
lunes, septiembre 14
ORACION PARA EL AÑO JUBILAR
Haznos descubrir la audacia de San Vicente y de Santa Luisa, la laboriosidad y la fragancia de aquel amor siempre renovado por los pobres, que les ayude a cambiar de verdad su vida.
Ayúdanos a hacer fuerte y humilde nuestra fe en este mundo, que parece tan alejado de Ti pero te necesita.
Ház que podamos ser signo de esperanza para muchos, como lo fueron San Vicente y Santa Luisa, simples compañeros de viaje por el mar de la vida. Concédenos que no nos echemos atrás frente a las dificultades, y que nos esforcemos, con el cansancio de los brazos y el sudor de la frente, en favor de los pobres, nuestros amos y señores. Que en su escuela aprendamos a ser verdaderos hijos tuyos, dignos herederos del carisma que confiaste a San Vicente y a Santa Luisa, para bien de la Iglesia y de toda la humanidad.
Que este año jubilar sea para toda la familia vicentina un momento de gracia y conversión, y para los destinatarios de nuestro amor un tiempo colmado de bendiciones. Amén.
viernes, septiembre 11
CARACTERÍSTICAS DEL MISIONERO VICENTINO
Os pido en esta ocasión, mis queridos hermanos y hermanas, que dediquéis unos momentos para reflexionar juntamente conmigo en el nombre que llevamos. San Vicente nos recuerda que desde nuestros primeros orígenes la gente espontáneamente nos llamaba "los misioneros"[fo1]. El Señor nos envía. Nuestra vocación no es permanecer fijos en un ùnico lugar para echar raices con una presencia permanente. Jesús nos habla como habló a sus discípulos al final del Evangelio de San Marcos: "¡Id ¡. Id a todo el mundo y predicad el evangelio a todas las criaturas"[fo2].
La misión no es meramente una actividad de la Iglesia; es su misma razón de ser. En el curso de la historia de la Iglesia, la misión ha ido tomando formas diferentes: predicación, enseñanza, testimonio, cruzada, diálogo, asesoramiento, acompañamiento, liberación e inculturación.
¿Qué significado tiene, por consiguiente, el ser un misionero vicentino?. Esta es una pregunta crucial para todos nosotros, porque toca nuestra propia identidad. No hay duda de que hemos sido llamados. La mayor parte de los aquí presentes somos miembros de la Congregación de la Misión. Todos somos misioneros.
Algunas caracteristicas del misionero vicenciano
Permitidme presentaros en forma esquemática algunas características del misionero vicentino. Sin duda hay otras muchas. Os animo a que vosotros completéis la lista con vuestras propias reflexiones.
Pocas cosas están tan claras en el Nuevo Testamento. Jesús procede del Padre y va al Padre, [fo3]fuente de toda misión. Su trabajo es un ministerio itinerante. Da a sus seguidores un mandato: "Id al mundo entero y predicad el evangelio a todas las criaturas"[fo4].
San Vicente es sumamente explícito cuando habla de la necesidad de moverse: "Salid, misioneros, salid. Pero...¿todavía estais aquí?. ¡Mirad a las pobres almas que os están esperando, cuya salvación depende, quizás, de vuestra predicación y catequesis![fo5]". San Vicente presenta ante los ojos de la Compañía la figura de los grandes misioneros de otras comunidades que han ido a las Indias, al Japón, al Canadá para completar el trabajo que Jesucristo empezó en este mundo y que nunca abandonó desde la hora en que fue llamado por su Padre.![fo6]
La Iglesia existe para evangelizar, para proclamar que Jesús es el Señor. Esto es lo que también hacemos nosotros. Esto significa que nosotros hemos de movernos con agilidad y con rapidez cuando surjan nuevas necesidades. Nuestro amor ha de ser expansivo como el fuego. Hemos de sentirnos ansiosos de comunicar a otros la buena noticia de que Jesús está vivo y presente.
Uno de los signos principales de que estamos llenos de un espíritu misionero móvil es la buena disposición de abandonar aquellos lugares en los que la Iglesia se halla firmemente establecida, donde otros están ejerciendo ya los ministerios apostólicos, con el fin de liberarnos para cubrir necesidades más urgentes que otros no pueden satisfacer, o para llegar a otros grupos que en la actualidad están totalmente olvidados.
El núcleo de nuestra misión es la evangelización, término que, en la tradición católica, se ha tomado siempre en un concepto amplio e inclusivo[fo7]. Pablo VI lo expresó de la manera siguiente: "Evangelización es un proceso complejo compuesto de varios elementos: la renovación de la humanidad, el testimonio, la proclamación explícita......"[fo8]
San Vicente nos dice que la evangelización implica "palabra y trabajo". Primero debemos hacer y después enseñar. Para Vicente de Paúl evangelización implica no solo la predicación sino también la acción. Exhorta a los Padres y a las Hijas de la Caridad a servir a los pobres "espiritual y corporalmente."
A la luz de la enseñanza de Vicente de Paúl, nuestra evangelización estará totalmente viva cuando proclamamos la Buena Noticia:
a. a través del lenguaje de obras[fo9]: realizando obras de justicia y de misericordia, las cuales son signos de que el Reino de Dios se encuentra vivo entre nosotros.
b. a través del lenguaje de palabras: anunciando con convicción profunda la presencia del Señor, su amor, su oferta de perdón universal.
c. a través del lenguaje de relaciones: estando con los pobres, trabajando con ellos, formando una comunidad que manifiesta el amor universal de Dios.
Esta es la forma precisa cómo Vicente de Paúl imaginó su misión. En una época cuando el viajar era algo difícil y cuando la mayor parte de la gente moría a pocos kilómetros del lugar de su nacimiento, el envió misioneros a Polonia, Italia, Algeria, Madagascar, Irlanda, Escocia, Las Islas Hébridas, y las Islas Orcadas. El mismo en su vejez quiso ponerse en camino para las Indias.[fo10]
En especial, dos signos deberían testimoniar por parte nuestra esta atención global.
- Un primer signo concreto de esta atención es la habilidad de responder a las necesidades urgentes a través de todo el mundo. Nunca debemos permitir que las barreras provinciales nos detengan. Cuando las necesidades de la Iglesia sean más urgentes en otras partes, deberíamos irnos allí con toda libertad.
- Un segundo signo de una perspectiva internacional es la solidaridad entre nuestras Provincias. Os insto a que cooperéis unos con otros. Esto está ya teniendo lugar a través de reuniones a nivel nacional y regional, pero quiero animaros especialmente a que cooperéis unos con otros en las misiones populares, en la formación de misioneros, y en la ayuda a las provncias más necesitadas. Hay un sin fin de cosas que podemos realizar más eficazmente en conjunto que por separado.
Como Karl Rahner ha mencionado repetidas veces, es únicamente en el siglo veinte cuando el Catolicismo ha llegado a ser con toda realidad una "Iglesia Universal"[fo11]. En mi estancia en Roma, estoy experimentando esto con cierto dramatismo. Nuestra Propia Congregación está ahora siendo más internacional especialmente con la apertura de nuevas misiones en lugares tan remotos como Tanzania, Las Islas Solomon, Albania, El Altoplano de Bolivia, Mozambique, China, Kharkiv en la Ucrania, y Siberia.
Mientras que en el periodo inmediatamente después del Vaticano II se dio un gran énfasis a la identidad, gobierno y normas provinciales, ahora sin embargo se está revitalizando una atención a nuestro ser misionero de naturaleza global y universal.
San Vicente sintió fuertemente la necesidad de aprender otras lenguas. Nos lo dijo de la manera siguiente[fo12]:
En la actualidad, la diversidad de idiomas es muy grande, no sólamente en Europa, Africa y Asia, sino también en Canadá. Por los informes que recibimos de los Padres Jesuitas vemos que hay tantos lenguajes como tribus. Los Hurones no hablan como los Iroquois, ni estos últimos como sus vecinos. Y una persona que entiende la lengua de un grupo de Indios no entiende la de otros grupos.
Teniendo presentes estas diferencias de idiomas, ¿cómo puedránn ir los misioneros por todo el mundo anunciando el evangelio si conocen únicamente su propia lengua?
La Asamblea General de la Congregación de la Misión del año 1992, en su tercer compromiso, habla de diálogo con la sociedad contemporánea. He hecho llamamiento repetidas veces a todos los candidatos para la Congregación y al mayor número posible de miembros a que lleguen a ser bilingues. El diálogo y la mobilidad en esta sociedad contemporánea lo exige. En los Estados Unidos, por ejemplo, casi el cincuenta por ciento de los católicos tienen una lengua distinta del inglés como su lengua nativa. La lengua hispana ha llegado a ser allí una herramienta totalmente necesaria para el misionero. Encontramos una situación semejante en otros muchos paises.
Se ha descrito a San Vicente como el líder religioso más equilibrado de su tiempo. Combinaba la teoría y la práctica con suma destreza. Si bien tenía muy claros los principios, los aplicaba con flexibidad. Su vida y sus ministerios son una clara evidencia de su habilidad para ejecutarlo. Así, por ejemplo, la virtud de la sencillez era su virtud preferida, pero sin embargo el sabía muy bien cómo guardar silencio cuando la prudencia se lo pedía. Creía firmemente en la importancia de la fidelidad a la propia vocación y en ocasiones luchó fuertemente para evitar que algunos miembros abandonasen sus ministerios.
Pero también se daba cuenta de que algunos miembros tenían una influencia maligna y daba gracias a Dios cuando se marchaban, acelerándoles en muchos casos su salida.[fo13]
Hoy día el misionero ha de tener una mentalidad flexible en lo tocante a la evangelización. En una época de cambios rápidos, la rigidez es un enemigo y la flexibilidad es un aliado. Por ejemplo, uno de los cambios más significativos que ha tenido lugar en la Iglesia desde el Vaticano II es el rol del laicado.
Hoy nos damos cuenta más que nunca de que el laicado tiene una función esencial en anunciar la Buena Noticia[fo14]. Por eso las Constituciones de la Congregación de la Misión[fo15] dan una llamada a los sacerdotes y hermanos de la Congregación a que no sólamente evangelicen al pobre como misioneros, sino que formen a otros - sacerdotes, hermanos, hermanas, señoras y señores laicos - para que participen de lleno en la evangelización del pobre. ¿Somos flexibles en aceptar las funciones tan impontantes que los laicos tienen en la evangelización?. ¿Tenemos la flexibidad requerida para cooperar armoniosamente con ellos?
San Vicente era inflexible en este particular. Pocos santos son tan precisos como Vicente de Paúl. Se dió cuenta de que la evangelización integral requería organización para poder servir eficazmente al pobre. Para conseguir este fin, Vicente fundó dos comunidades y formó abundantes grupos de laicos. Los Misioneros y las Hijas de la Caridad habrían de establecer las Cofradías de la Caridad en todos los lugares a donde fuesen.[fo16]
San Vicente llevó las mismas estrategias organizativas a la formación del clero, que él describía en alguna ocasión como "casi igual"[fo17] y en otras ocasiones como "igual"[fo18] a las de la misión. Organizó retiros para ordenandos y sacerdotes, así como las Conferencias de los Martes, además de fundar veinte seminarios.
Pero él no paró ahí. Puso en orden de marcha todos los recursos posibles al servicio del pobre: clero y laicado, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, ricos y los mismos pobres. Las semillas de sus dones organizativos siguieron para propagar sus frutos aún después de su muerte.
Un estudio reciente[fo19] indica que más de 268 grupos participan del carisma vicentino. Actualmente hay unos 260.000 miembros de AIC (Damas de la Caridad), 900.000 socios de las Conferencias de San Vicente de Paúl, 200.000 miembros de varios grupos de Juventudes Marianas Vicencianas, sólamente en España hay 46,000 y 7.000 en México.
7. El Misionero está Inculturado
Siempre hay peligro de que las ideas, las costumbres, y aun el estilo de los edificios de un mundo sean transportados a otro. Nuestros grandes misioneros, como Justino de Jacobis y Juan Gabriel Perboyre, se dieron cuenta desde el principio de que esto no es suficiente. El evengelio debe echar raices y florecer dentro de los valores más profundos de cada cultura.
Al mismo tiempo debe transformar aquello que no es de Dios dentro de una cultura y lo que perjudica a la persona humana.
Karl Rahner hace notar que la "globalización" de la teología es una de las mayores necesidades de la Iglesia en el futuro. Indica que hasta el presente ha habido una tendencia desafortunada a "canonizar" lo que en realidad era únicamente una manifestación de teorías de la cultura occidental[fo20]. En la actualidad, muchas provincias jóvenes en pleno desarrollo, y particularmente aquellas personas que trabajan en la formación dentro de esas provincias, están afrontando el desafío difícil de enseñar filosofía y teología (tan frecuentemente formulada en un contexto europeo), mientras buscan nuevas categorías en un marco Africano o Asiático o Iberoamericano. Igualmente están en busca de formas apropiadas para expresar la pobreza, castidad, obediencia, y el compromiso de- por- vida al servicio del pobre dentro de culturas muy diferentes, no solo de la de San Vicente sino también de la cultura de la mayor parte de los autores de los libros de filosofía, teología y lectura espiritual escritos hasta el presente. En la predicación de las misiones populares, ¿ tenemos conocimiento de la cultura actual de los jóvenes?.¿Podemos expresar el evengelio en términos que satisfagan sus ansiedades más profundas?.
En este mismo orden de cosas, el lugar de la mujer en la sociedad y las tradiciones sociales en su relación con ellas varían enormemente de Norte a Sur, y en ambos hemisferios, de continente a continente. El hablar con una mujer en la calle puede ser tan "natural" en Los Angeles como es "escandaloso" en la República Islámica de Mauritania. El misionero debe conocer la diferencia.
8. El Misionero trabaja en su formación permamente y creativamente remodela su predicación.
San Vicente nos dice: "El amor es inventivo hasta el infinito"[fo21]. Quiero animar a todos los misioneros a que sean inventivos. Pongamos estas preguntas a nivel personal y de comunidad: ¿Cual es la necesidad más acuciante de la persona que está oyendo mis homilias?. ¿Qué es lo que me pide en concreto este pobre hombre?. ¿Qué es lo que me pide el refugiado en un campamento de Africa?. ¿Qué pide el enfermo con su gemido en su casa?. ¿Cual es el dolor más agudo del enfermo del SIDA?. Entonces, sé creativo en la predicación de la palabra de Dios a los que sufren estas necesidades.
Para conseguir este cometido, os exhorto a que busquéis medios creativos para la formación integral, tanto la inicial como la permanente. Esta formación integral ha de tener varios aspectos: humano, espiritual, apostólico, vicentino, bíblico, teológico, y profesional. Vosotros mismos sois primariamente los responsables de vuestra propia formación en todos los niveles.
9. El Misionero conoce bien la Doctrina Social de la Iglesia.
El Papa Juan Pablo II escribe enérgicamente en "Centesimus Annus"[fo22]: "La Nueva Evangelización, que el mundo moderno necesita con urgencia y que yo he hecho resaltar en muchas ocasiones, debe incluir entre sus elementos esenciales "una proclamación de la doctrina social de la Iglesia". La Iglesia ha venido proclamando esta doctrina en una forma muy clara desde hace más de cien años. ¿Se evangeliza a los católicos adecuadamente en este particular?. ¿Forma esta doctrina social parte de su consciencia explícita?. Pido a todos los vicentinos que lleguen a ser expertos en la enseñanza de esta doctrina social. Como seguidores de Cristo, el Évangelizador de los Pobres, nosotros debemos proclamar este aspecto del reino de Dios por medio de nuestras palabras y de nuestras obras. Debemos defender ante otros la enseñanza abundante de la Iglesia, su visión de un reino de justicia, su denuncia de las estructuras sociales injustas, su proclamación de que el pobre debe ocupar, en todas las épocas,un puesto central en la equidad de los cristianos. En nuestra labor de formación tanto con el clero como con el laicado, hemos de presentar esta doctrina social con claridad y con necesidad de urgencia.
Nuestra misión será hoy profética si predicamos y enseñamos la doctrina social de la Iglesia con claridad. Y como en el caso de muchos profetas, también nosotros quizás tengamos que sufrir como en realidad nos está sucediendo.
10. El Misionero es un Hombre de Dios.
Testimonios hablan más elocuentemente que palabras. Nuestro testimonio de vida dice mucho más que nuestros propios sermones.
Para San Vicente de Paúl hay únicamemnte una fuerza motriz: la persona de Jesucristo. "Jesucristo es la regla de la Misión"[fo23], nos dice, "es el centro de su vida y de su actividad". "Recuerde, Padre", escribe al P. Portail, uno de los primeros miembros de la Congregación, "que nosotros vivimos en Jesucristo por la muerte de Jesucristo y que nosotros deberíamos morir en Jesucristo por la vida de Jesucristo y que nuestra vida debería estar escondida en Jesucristo y llena de Jesucristo y que para morir como Jesucristo es necesario vivir como Jesucristo".[fo24]
Cumplimos nuestra misión únicamente si seguimos a Cristo como Evangelizador del Pobre, y nos vestimos de su espíritu[fo25] sólamente si somos santos.
Actualmente, como en cualquier otra época, la Iglesia necesita santos. Necesita misioneros que sean sencillos, humildes, tiernos, sacrificados, y llenos de amor efectivo. Necesita predicadores que irradien la presencia de Dios. El gran misionero no es tanto aquel que dice palabras magnilocuentes sino aquel cuya vida es sorprendente.
Permitidme afirmarlo con toda claridad: el misionero hoy debe ser santo. Si no somos hombres y mujeres de Dios, nunca llegaremos a ser genuínamente efectivos, ni tampoco, con toda probabilidad, llegaremos a perseverar.
No debemos temer tanto el que disminuya el número en la Iglesia. Ni la pérdida de instituciones. Lo que en realidad debemos temer es la pérdida del fuego en nuestros corazones. Lo que arde en el corazón del verdadero misionero es un anhelo profundo y un deseo de seguir a Cristo como Evangelizador del Pobre. El misionero de santidad genuina actualiza el amor de Cristo. Otros lo perciben en él. No puede ocultarlo aunque lo intente.
martes, septiembre 8
JOVENES HACEN PROMESA DE CASTIDAD
En el marco de la Semana de la Familia que se realiza en la Arquidiócesis de Guayaquil (Ecuador), tres mil jóvenes realizarán esta noche a las 7:00 (hora local) una promesa de castidad en la Catedral de esta ciudad en la Eucaristía que será presidida por el Obispo Auxiliar, Mons. Anibal Nieto.
Los jóvenes pertenecientes a distintos colegios y universidades de Guayaquil harán la promesa al momento del Credo y recibirán una medalla de la Virgen María así como una estampa con una oración para pedir el don de la pureza.
Además, explica una nota de prensa, la Semana de la Familia busca "profundizar, reforzar, destacar y defender los valores de todos los hogares", razón por la cual los 280 párrocos de Guayaquil promoverán, "junto a los movimientos laicales, todas las actividades planificadas". Gira, explican, en torno a tres ejes: oración, doctrina y los eventos propios.
El P. Alfonso Avilés, Vicario de la Familia de la Arquidiócesis, invitó a los fieles a participar del evento: "vivimos en un tiempo en que tenemos que fortalecer la familia, como institución querida y regulada por Dios. La Iglesia siempre tiene los brazos abiertos para ayudar a las familias".
Con esta Semana de la Familia, dijo el sacerdote, "nuestra intención es fortalecer –mediante esta primera experiencia– la unión familiar y su convivencia con Dios; a Él encomendamos el éxito de la campaña de oración, doctrina y eventos, en el que esperamos reunir más de 20 mil personas".
Gracias a: www.aciprensa.com
jueves, agosto 27
NUESTRA MISIÓN EN CHINA
En este enlace pueden ver algunas fotos de la misión:
http://cmchineseprovince.blogspot.com/
China, Misión Vicenciana en China
- Ayer, Hoy y Mañana -
Por Robert P. Maloney, C.M.
Superior General
DIEZ RETOS DE LA MISIÓN EN CHINA HOY
Ya desde un principio, China suscitó interés y se ganó el corazón de la Congregación, y sigue haciéndolo hoy. En todas partes donde voy me preguntan sobre China. Mientras planeamos nuestra misión vicenciana en China para el futuro, ¿cuáles son los principales retos que tenemos delante?
1. Ejercitar una presencia en la escucha
Debemos escuchar antes de hablar, aprender antes de enseñar, discernir antes de actuar. El misionero necesita gran humildad. Debe escuchar como el siervo. Debe tratar de entender lo que está en el corazón de sus amos los pobres y descubrir el modo de regar la semilla de la Palabra que Dios ha sembrado ya en sus corazones y en el mundo creado en que viven.
¿Qué nos dicen los pobres en Taiwan hoy? ¿Qué dicen en la China continental? No debemos acudir llevando presentes que hemos escogido y envuelto nosotros mismos. Como servidores, debemos llegar respondiendo a la llamada del pueblo chino.
Nuestro número es más corto en 1999 de lo que era en 1949: entonces teníamos cientos de misioneros en China, hoy tenemos menos de 50. Pero la historia nos enseña que el número no es lo más importante. En diferentes periodos cuando éramos relativamente pocos en número, produjimos un gran impacto a causa de la influencia ejercida por unos pocos bien preparados.
En la China continental hoy, muchas formas del ministerio explícito nos están prohibidas. Nuestra tarea, por lo tanto, debe ser en gran medida presencial. Pero esto es lo que hacen los siervos. Están presentes, siempre prontos a hacer lo que se les pide. Por lo pronto algunos miembros de nuestra Familia ya están en el continente enseñando idiomas, convencidos como están del valor de este servicio silencioso al pueblo de china. Me parece que ellos y nuestros cohermanos y hermanas mayores chinos nos afectan mucho.
2. Inculturarse seriamente y aprender bien el idioma de aquellos a quienes servimos
Hoy más que nunca somos conscientes de la importancia del idioma y de la cultura no sólo como herramientas personales al servicio del misionero, sino también como medios para comprender las mentes y los corazones de aquellos a quienes estamos sirviendo. Tenemos maravillosos ejemplos de misioneros, aquí mismo, que han aprendido taiwanés, mandarín y otros idiomas muy bien para poder ser buenos servidores del pueblo de Dios. Para nosotros extranjeros, aprender lenguas orientales es cosa difícil. Hoy yo animo a todos los misioneros extranjeros de aquí a que hagan de los estudios lingüísticos y culturales una parte del pan nuestro de cada día. Sin un debido dominio de la lengua y de la cultura, os encontraréis siempre en una seria desventaja.
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miércoles, agosto 5
PROCESOS DE INICIACIÓN EN LA PASTORAL JUVENIL
1. ¿Para qué un grupo juvenil? Los grupos facilitan la creación de lazos profundos de fraternidad, permiten compartir, ayudan a enfrentar los desafíos de la vida, educan a mirar y descubrir junto con otros la realidad, permiten encontrarse con Jesús de Nazaret y adherir a él y a su proyecto de vida, impulsan la renovación permanente del compromiso de servicio y dan solidez a la proyección misionera expresada en el testimonio personal, en la maduración de la opción vocacional y en el compromiso con la transformación de la realidad.
Los procesos de educación en la fe
"La opción pedagógica fundamental de la pastoral juvenil es el reconocimiento del carácter dinámico de la formación y de educación en la fe".
Esto implica tener en cuenta los "tiempos" de crecimiento, de identificación afectiva, de asimilación y de compromiso propios de los jóvenes. Implica también reconocer que el proceso educativo es un camino que realiza el mismo joven, que él es el principal responsable de dar los pasos que correspondan, que de él son los méritos de los resultados obtenidos y que suya es también la responsabilidad de lo que no logra conseguir.
La formación es un proceso de crecimiento personal y grupal, profundamente encarnado en las condiciones históricas y sociales. Es un proceso de educación no formal, que requiere del animador una gran capacidad de escucha, disponibilidad para estar con los jóvenes y decisión para responder a sus necesidades y búsquedas. No se piensa en docentes que entregan contenidos en una sala de clase, en un horario establecido y con un programa predefinido de contenidos; se piensa en animadores que motivan, animan y acompañan a jóvenes convocados desde sus propios ambientes y desde su propia realidad.
En un proceso de educación no formal, lo doctrinal y lo conceptual no son el punto partida sino el punto de llegada. No se niega su importancia: se afirma que solos no bastan y que serán válidos en la medida en que estén ligados al núcleo formativo por excelencia que es la acción.
Una educación en la acción, que ofrece a los jóvenes la oportunidad de una acción reflexionada y de una reflexión comprometida. La acción concreta en sus propios ambientes de vida es la mejor escuela de formación: se forma para la vida en la vida misma. La reflexión no es un momento separado de la acción. Hay que superar al mismo tiempo la tentación de "primero formar para después actuar" y la tentación del activismo o de "la acción por la acción".
El proceso de formación integral abarca toda la persona del joven y procura ayudarlo a definir y realizar su proyecto de vida. Atiende cinco dimensiones: la relación consigo mismo, que corresponde a su realidad psicoafectiva y a su proceso de personalización; la relación con el grupo, que corresponde a la dimensión social esencial a toda persona; la relación con la sociedad, que corresponde a su proceso de socialización e inserción social; la relación con Dios, que corresponde a su experiencia de fe y la relación con la Iglesia, que corresponde a su proceso de inserción en la comunidad eclesial. El crecimiento en estas cinco dimensiones no se da de manera lineal y siempre progresiva, sino en forma de espiral, lo que exige tener en cuenta los momentos de crisis y retroceso y estar atentos para asegurar el desarrollo armónico de todas las dimensiones.
¿Qué es eso del acompañamiento?
Esta propuesta pedagógica requiere, finalmente, la presencia y la acción de agentes pastorales capacitados para animar y acompañar adecuadamente los procesos de crecimiento y maduración de los jóvenes.
No se trata de "dirigir", "conducir" o "cumplir una función", sino de "dar alma", "dar ánimo", de "dar vida" a los jóvenes y a la pastoral juvenil. Es un servicio evangelizador que exige, entre otras características, conocimiento de la realidad de los jóvenes, capacidad de cercanía, actitud positiva ante ellos y ante la vida, facilidad para la relación personal y para el trabajo en equipo, coherencia de vida, relación personal con Dios, compromiso eclesial y experiencia en el camino de la fe.
El animador es "un joven llamado por Dios en la Iglesia para asumir el servicio de motivar, integrar y ayudar a crecer a otros jóvenes en el proceso comunitario". Prepara y anima las reuniones, favorece la convivencia fraterna y la comunicación, alienta el encuentro con Dios y el compromiso solidario con los demás, vincula a los jóvenes y al grupo con la comunidad, trabaja en equipo con los otros animadores y con el acompañante y procura seguir capacitándose para prestar cada día mejor su servicio.
El acompañante es "un cristiano adulto llamado por Dios para ejercer el ministerio de acompañar, en nombre de la Iglesia, los procesos de educación en la fe de los jóvenes". Acompaña personalmente a los jóvenes, acompaña los procesos grupales para que sean espacios de crecimiento humano y maduración en la fe, forma y capacita a los animadores, trabaja en equipo con los otros acompañantes y es puente entre el mundo adulto y el mundo juvenil, tanto a nivel eclesial como a nivel social.
En todos los ámbitos de la pastoral juvenil crece cada día la conciencia de que la asesoría es un ministerio, es decir, un servicio que se confiere a determinadas personas para bien de la comunidad y para la mejor realización de la misión en el mundo. En este sentido, no es un ministerio exclusivo del sacerdote o religioso, sino fundamentalmente, un ministerio laical.
pedagogías pastorales
RASGOS DE LA PEDAGOGÍA PASTORAL
Todo proyecto pastoral de evangelización con jóvenes necesita una comunidad que lo anime para desarrollarse adecuadamente. Pero necesita también una coherencia, un método, una pedagogía concreta; siempre hay que considerar si sirve para el desarrollo del proyecto y para la consecución progresiva de los objetivos. La pastoral con jóvenes es siempre un proceso. Un proceso educativo de crecimiento, progresivo, armónico y articulado. Y esto requiere un método.
En primer lugar tiene que ser una pedagogía de Dios y de la experiencia. La mejor manera de considerar integralmente al joven es tomar en cuenta su vida como elemento fundamental de la pedagogía, del método y de las técnicas que se vayan a utilizar. La experiencia que permite, cuando se profundiza con seriedad en ella, encontrarse con el Dios de la vida. El Dios que salva y libera no está ausente de las situaciones que vive el joven: joven rico, Mateo, Zaqueo, Samaritana.
Tiene que ser una pedagogía que sea capaz de transformar y liberar. Partir de la experiencia personal nos sitúa en la complejidad de la realidad, a la que no debemos mirar con una mirada neutra, sino con los ojos de la fe y desde la perspectiva del evangelio, lo que nos puede llevar a que el joven vaya afrontando y realizando un cambio de vida. Es la opción coherente con el propósito de lograr la síntesis entre la fe y la vida: experiencias de vida iluminadas desde la fe y con la palabra de Dios. No aparta al joven de su entorno y evita dicotomías enfermizas, compartimentos estancos: la fe por un lado y la vida por otro; la fe como teoría muy bonita, como una ideología.
Tiene que ser una pedagogía que favorezca la participación. Se trata de compartir, de comunicar, de participar; no de que uno, el animador o el catequista, hable y los demás callen. Se trata de no establecer distancias entre el evangelizador y el evangelizando, estableciendo roles necesariamente separados u opuestos. Esto supone ser fieles desde el comienzo a esta pedagogía activa, facilitando en todo momento el animador que sea la persona y, a su nivel, el grupo, el protagonista, quien vaya descubriendo, proponiendo, dando pasos. Porque esta pedagogía pastoral parte del principio de que la conversión es obra del Espíritu Santo en cada uno, y no obra del evangelizador.
La espiritualidad del seguimiento de Jesús
Desde hace un tiempo, la reflexión de la pastoral juvenil latinoamericana viene hablando del "celebrar" como un momento explícito de su propuesta metodológica. Ha llegado a descubrir que para los jóvenes, una vida sin gestos ni celebraciones, no tiene sentido ni dinamismo y que la dimensión celebrativa es un elemento fundamental del estilo de vida que van asumiendo en el proceso de maduración humana y cristiana que realizan.
Esto se basa en la convicción de que la existencia cotidiana, con sus alegrías y tristezas, sus problemas y dificultades, sus temores y esperanzas, sus acciones sencillas y compromisos radicales, es signo de la presencia y de la acción del Señor en la historia y en la vida de las personas. Encontrarse con Él, reconocer su presencia salvadora y su llamado a responder con coherencia y a comprometerse en la construcción del Reino es celebrar la vida.
Celebrar la vida permite recuperar el sentido de la gratuidad en un mundo interesado y competitivo, dignifica el trabajo humano en un mundo materialista y consumista, hace participar en el dinamismo del proyecto del Dios de la Vida en un mundo de dependencia, manipulación y muerte, hace presente la dimensión de la fiesta y de lo nuevo frente a la rutina de cada día y explicita la fe en la presencia de Dios que, da identidad cristiana al grupo y a la propia vida. Celebrar la vida se relaciona además con la búsqueda de sentido, con lo que se es y lo que se hace, con lo que anima y sustenta lo cotidiano, con lo que da fuerza para caminar, con las motivaciones profundas de las opciones que se toman, con la espiritualidad.
Por eso, el "celebrar" es la plenitud de la pedagogía y la metodología de la pastoral juvenil. No es el último paso, sino la culminación de todo el proceso. Como los demás elementos de la propuesta, también éste se va gestando lentamente en la experiencia de Dios que los jóvenes van descubriendo, asumiendo y comprometiéndose a vivir durante el proceso formativo.
A partir de allí, se entiende la espiritualidad como "la experiencia de Dios que se revela en Jesucristo; experiencia que es obra del Espíritu, transforma la persona y desencadena un proceso nuevo en su vida". Es, pues, diferente y original con respecto a otras motivaciones o fuerzas inspiradoras de la vida de las personas. Su fuente es la experiencia de fe en Jesucristo muerto y resucitado, y la conversión y adhesión a él y al Evangelio, vivida con otros en la comunidad Iglesia.
La vivencia del seguimiento de Jesús hecha realidad en miles de jóvenes a lo largo y ancho del continente, ha permitido sistematizar algunas características de una espiritualidad cristiana para ser vivida hoy.
Ellas son:
encontrar a Dios en la vida: espiritualidad de lo cotidiano;
vivir como vivió Jesús: espiritualidad del seguimiento de Jesús vivo y presente;
comunión y servicio: espiritualidad de pertenencia a la comunidad eclesial;
alegría y esperanza: espiritualidad litúrgica y celebrativa;
anuncio y compromiso: espiritualidad laical y misionera;
pequeños y excluidos: espiritualidad de la opción por los pobres;
muerte y resurrección: espiritualidad pascual;
María, mujer, joven, madre: espiritualidad mariana;
y dar la vida: espiritualidad martirial.
El compromiso de fidelidad a esta historia, que es historia de salvación, no es repetición ni inmovilismo. Es y seguirá siendo apertura de corazón, disponibilidad al Espíritu y sentido comunitario para seguir buscando juntos los signos de la presencia de Dios y los caminos que él mismo va señalando, en este continente sufrido y pobre...
Es y seguirá siendo un alerta permanente para que las nuevas búsquedas y propuestas, sigan teniendo siempre el sentido y las características con las que la Iglesia y especialmente los jóvenes, han ido forjando su manera propia de ser jóvenes, de encontrar a Jesús, de ser Iglesia y de luchar por construir la Civilización del Amor en América Latina. Así, la pastoral juvenil seguirá siendo la respuesta de un pueblo de jóvenes a su Dios y a su historia...
PROCESO PREPARATORIO - FORMATIVO.
Algunos –de los que estuvieron en la preparación de los dos últimos meses- se preguntarán ¿para qué hicimos todo esto? La respuesta es que todavía no hemos terminado y tenemos que lograr:
Objetivos del Programa
Buscar una acción eclesial más eficaz.
Encontrar un método adecuado de trabajo.
Asegurar un método de formación permanente.
Buscar criterios para un Plan Operacional de trabajo.
Aprender a utilizar todos los recursos de quienes nos rodean y los que se producen el campo de la reflexión en materia teológico-pastoral
Convertir nuestra acción empírica en acción reflexiva.
Confrontar nuestras actitudes pastorales más frecuentes.
Documentos para revisar:
Marco de Referencia de la Pastoral Juvenil. CEJ -PUCP
Proyecto Nacional de Formación. Comisión Episcopal de Juventud.
Informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
Gran Misión Popular. Hacia el Tercer Mileno. Diócesis de Chosica.
Confirmación. Libro del Catequista. Diócesis de Chosica.
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