Voluntariado Juvenil Vicentino

El Voluntariado Juvenil Vicentino tuvo su origen en París el 29 de noviembre de 1909. Nació con el nombre de “Obra de Luisas de Marillac”, y como parte de la Cofradía de las Damas de la Caridad, hoy Asociación Internacional de Caridades (A.I.C.). De esto hay constancia en un acta en la parroquia de San Nicolás de Chardonet, firmada por Monseñor Annette, Arzobispo de Paris. En Colombia fue organizado el movimiento el 2 de enero de 1933 3n Cali, desde donde se propagó al resto del País. En 1971 tomo el nombre de Voluntariado Juvenil Vicentino “VOLJUVI” dejando de ser solo femenino. Hace parte de la familia vicentina. Sigue las orientaciones de la Iglesia Católica, es ajeno a toda actividad de carácter partidista. Acata la constitución y las leyes de la Republica y promueve obras sociales de caridad y Evangelización, desarrollo humano y servicio a la comunidad.

jueves, agosto 27

NUESTRA MISIÓN EN CHINA

JÓVENES DEL MUNDO los animamos a que inicien a aprender el mandarín y el inglés idiomas oficiales de esta misión para que viajen allí...

En este enlace pueden ver algunas fotos de la misión:

http://cmchineseprovince.blogspot.com/

China, Misión Vicenciana en China
- Ayer, Hoy y Mañana -


Por Robert P. Maloney, C.M.
Superior General


S. Vicente poseía una asombrosa amplitud de miras. En una edad cuando el transporte era difícil, cuando la comunicación era lenta, cuando la mayoría de la gente vivía y se moría dentro de las cinco millas del lugar de nacimiento, fundó una Congregación que llegó a ser internacional aun durante su vida. Con un valor que algunos escépticos consideraron temerario, envió misioneros a Argelia, Madagascar, Polonia, Italia, Irlanda, Escocia, las Hébridas, y a las Orkneys, y soñó con Canadá y las Indias.

Se sabe también que Vicente soñó con China, si bien la misión allí comenzó 39 años después de su muerte. El 15 de enero de 1664, Nicolás Étienne, misionero en Madagascar, escribió al sucesor de Vicente, Renato Alméras, pidiéndole encomienda de predicar el evangelio en todas las partes del mundo mientras que le recordaba: “fue plan del difunto Señor Vicente, nuestro bienaventurado padre, que yo debería incluso ir a China”.

DIEZ RETOS DE LA MISIÓN EN CHINA HOY


Ya desde un principio, China suscitó interés y se ganó el corazón de la Congregación, y sigue haciéndolo hoy. En todas partes donde voy me preguntan sobre China. Mientras planeamos nuestra misión vicenciana en China para el futuro, ¿cuáles son los principales retos que tenemos delante?

1. Ejercitar una presencia en la escucha

Debemos escuchar antes de hablar, aprender antes de enseñar, discernir antes de actuar. El misionero necesita gran humildad. Debe escuchar como el siervo. Debe tratar de entender lo que está en el corazón de sus amos los pobres y descubrir el modo de regar la semilla de la Palabra que Dios ha sembrado ya en sus corazones y en el mundo creado en que viven.

¿Qué nos dicen los pobres en Taiwan hoy? ¿Qué dicen en la China continental? No debemos acudir llevando presentes que hemos escogido y envuelto nosotros mismos. Como servidores, debemos llegar respondiendo a la llamada del pueblo chino.

Nuestro número es más corto en 1999 de lo que era en 1949: entonces teníamos cientos de misioneros en China, hoy tenemos menos de 50. Pero la historia nos enseña que el número no es lo más importante. En diferentes periodos cuando éramos relativamente pocos en número, produjimos un gran impacto a causa de la influencia ejercida por unos pocos bien preparados.

En la China continental hoy, muchas formas del ministerio explícito nos están prohibidas. Nuestra tarea, por lo tanto, debe ser en gran medida presencial. Pero esto es lo que hacen los siervos. Están presentes, siempre prontos a hacer lo que se les pide. Por lo pronto algunos miembros de nuestra Familia ya están en el continente enseñando idiomas, convencidos como están del valor de este servicio silencioso al pueblo de china. Me parece que ellos y nuestros cohermanos y hermanas mayores chinos nos afectan mucho.

2. Inculturarse seriamente y aprender bien el idioma de aquellos a quienes servimos

Hoy más que nunca somos conscientes de la importancia del idioma y de la cultura no sólo como herramientas personales al servicio del misionero, sino también como medios para comprender las mentes y los corazones de aquellos a quienes estamos sirviendo. Tenemos maravillosos ejemplos de misioneros, aquí mismo, que han aprendido taiwanés, mandarín y otros idiomas muy bien para poder ser buenos servidores del pueblo de Dios. Para nosotros extranjeros, aprender lenguas orientales es cosa difícil. Hoy yo animo a todos los misioneros extranjeros de aquí a que hagan de los estudios lingüísticos y culturales una parte del pan nuestro de cada día. Sin un debido dominio de la lengua y de la cultura, os encontraréis siempre en una seria desventaja.

Para seguir viendo los demás retos y otros artículos ir al siguiente enlace de descargas de la Revista Vincentiana.

DESCARGA EN WORD: RETOS DE CHINA HOY Y EL FUTURO DE ROBERT P. MALONEY CM



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