1.BIENVENIDA
Saludo a los participantes dándoles la bienvenidos al encuentro.
Canto: Tuve hambre y me diste de comer
Tú me dijiste, Señor, que en mi camino,
iré encontrando hambrientos de mi pan,
que habrá sedientos que vengan a mi fuente,
enfermos tristes de frío y soledad.
Tú me dijiste que sufres en el pobre,
que estás desnudo o no tienes libertad,
que en el anciano que espera Tú me esperas
y en ese niño de hambre morirás.
/Aquí me tienes, Señor, yo quiero amarte,
amando al pobre y aquel que sufre más.
Tuyo es mi pan y el agua de mi fuente,
ven a mi casa y amor encontrarás./
En el camino hay siempre un hombre herido,
que necesita mi ayuda y mi amistad.
No mil discursos que hablan de justicia,
no mil palabras que el viento llevará.
En el camino, Jesús, me estás mirando
y en tu mirada hay pena y soledad.
Quiero entregarte mi alma y mi alegría,
toda mi vida en ofrenda de hermandad.
2.PRESENTACIÓN DEL TEMA
La familia vicentina durante este año celebra gozosamente los 350 años de la muerte de dos grandes de la caridad: Vicente y Luisa. Vicente fue un joven aventurero de procedencia rural que buscaba constantemente horizontes más amplios. Alimentó ambiciones tempranas para una promoción social por medio del ministerio sacerdotal para ayudar a su familia que tanto quería. Supo relacionarse con pobres y ricos, eclesiásticos y políticos, nobles y humildes, hombres y mujeres, religiosos y seglares.
Luisa fue una mujer acompañada por el sufrimiento, pero a pesar de esto fue una amante esposa, una madre entregada, preocupada continuamente por su único hijo. Cuando se quedó viuda, continuó ayudando a los otros, especialmente a los pobres. Habiendo descubierto la vocación de su vida con la ayuda de Vicente, llegó a ser su amiga fiel y colaboradora. Juntos, fundaron las Hijas de la Caridad.
Después de 350 años, Vicente y Luisa continúan impactando e inspirando a generaciones. El fuego de su caridad todavía arde y enciende a otros muchos. La celebración del aniversario de su muerte reaviva este fuego en nosotros. Cambia el pasado en un presente vivo que transforma.
Después de 350 años, Vicente y Luisa continúan impactando e inspirando a generaciones. El fuego de su caridad todavía arde y enciende a otros muchos. La celebración del aniversario de su muerte reaviva este fuego en nosotros. Cambia el pasado en un presente vivo que transforma.
3.PROPÓSITO DEL ENCUENTRO
Dar a conocer y recordar la vida y el carisma de Vicente y Luisa, para que la familia vicentina de hoy, a la luz de la Palabra de Dios y de los escritos de sus fundadores, reaviven su fidelidad creativa y comprometida con los más necesitados.
4.DIALOGO INTRODUCTORIO
¿Qué conoce de la vida de Vicente y Luisa?
¿Qué es lo que más le impacta de la vida de estos personajes?
¿Qué grupos conoce que trabajen con los pobres? y ¿Qué le llama la atención?
5.DESARROLLO DEL TEMA
Realizar un dialogo en off
Comentador: ahora vamos a conocer algunos datos interesantes de la vida de Vicente y Luisa, pero estos datos no son sólo para recordar sus muertes, sino para ver cómo estos iconos de la caridad dejaron huella en la historia.
Lector 1: Vicente era un hombre de orígenes campesinos y humildes
Lector 2: Luisa era una mujer de familia acomodada, intelectual y de la ciudad.
Lector 1: Vicente en su juventud era un hombre ambicioso que buscaba el sacerdocio por intereses económicos.
Lector 2: Luisa de Marillac era una mujer que quería ser religiosa desde pequeña, pero fue rechazada por ser una mujer enfermiza, e hija de madre desconocida.
Lector 1: Vicente a temprana edad logra el objetivo de llegar al Sacerdocio.
Lector 2: Luisa a edad temprana llega al matrimonio con Antonio Legrás por imposición de su familia.
Lector 1: A Vicente los pobres le muestran el rostro de Cristo en Chatillòn les Dombes.
Lector 2: Luisa se siente iluminada por Dios en un día de Pentecostés y a partir de ese momento se dedica a servir a los pobres.
Lector 1: La noche oscura en la vida de Vicente es una duda de fe, en la que oraba el Credo para no ser vencido por esta tentación
Lector 2: La noche oscura en la vida de Luisa es cuando era pretendida por algunos hombres. Ella le contaba estas cosas a Vicente para encontrar fuerzas y no caer.
Lector 1: Los sueños de Vicente y Luisa se hicieron realidad en la Cofradías, en la Congregación de la Misión, en las Damas de la Caridad y en las Hijas de la Caridad.
Comentador: Mientras perseguían su sueño con una firme convicción, Vicente y Luisa alumbraron sin ser conscientes de ello nuevos senderos, senderos que contribuyeron significativamente a renovar la Iglesia y la sociedad del siglo XVII en Francia… y más allá.
Hacer un pequeño compartir en torno a las siguientes preguntas:
¿Qué descubre de la vida de estos dos gigantes de la caridad?
¿Sería que el uno sin el otro hubiesen alcanzado los frutos que lograron?
6.ACTUALIZACIÓN DEL TEMA
A)Desde la Palabra de Dios
Abramos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno alusivo a la Palabra.
Lector(a): Mateo 25, 31-45
Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones... (Mientras tanto se puede poner música de fondo)
Animador(a): Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto:
1.¿Qué pide Jesús en el texto?
2.¿Qué impide, en nosotros(as) mismos(as), ser caritativos con los pobres?
3.Nosotros(as), ¿cómo compartimos con los demás?
B)Desde la vida
1.¿Qué realidades en la actualidad, nos exigen un compromiso con los pobres?
2.Si Vicente y Luisa estuviesen hoy entre nosotros ¿qué harían para dar una solución a esta situación actual?
3.¿Cómo vamos a releer el sueño de Vicente y Luisa a la luz de esta realidad?
C)Compromisos
Comentador: En un tiempo en que la injusticia ha asumido una dimensión global, el sueño de Vicente y Luisa nos empuja a desarrollar redes de caridad entre la Familia Vicentina. Redes de caridad atentas a los acontecimientos y a los pobres, creativas y audaces en sus respuestas, que manifiesten la novedad perdurable del carisma Vicentino.
Para seguir a Jesús y entrar en el Reino de Dios, no es suficiente ''ser bueno'', es decir observar los mandamientos, no hacer el mal directamente a nadie, dar limosna...El Reino de Dios nos es dado gratuitamente. Por eso, debemos nosotros(as) también, poner lo que tenemos al servicio de los demás. Es practicar el ''COMPARTIR'', para que no haya tanta miseria y desigualdad...
- Tomados de las manos se ora el Padrenuestro.
- Terminamos haciendo un compartir como señal de nuestro compromiso con los pobres.
ORACIÓN FINAL
Señor Dios omnipotente, Padre de los pobres: Tú nos concedes la gracia de conmemorar en este año el aniversario 350 de la muerte de San Vicente y de Santa Luisa. Te damos rendidas gracias por este don. Concédenos, por su intercesión, que nos dejemos transformar más plenamente por el Espíritu que Tú les diste. Que su caridad abrase nuestro corazón y nuestra mente, para que el amor por los marginados y rechazados de la sociedad sea, en nosotros, inventivo hasta el infinito, cariñoso, atento, misericordioso y previsor.
Haznos descubrir la audacia de San Vicente y de Santa Luisa, la laboriosidad y la fragancia de aquel amor siempre renovado por los pobres, que les ayude a cambiar de verdad su vida. Ayúdanos a hacer fuerte y humilde nuestra fe en este mundo, que parece tan alejado de Ti pero te necesita.
Has que podamos ser signo de esperanza para muchos, como lo fueron San Vicente y Santa Luisa, simples compañeros de viaje por el mar de la vida. Concédenos que no nos echemos atrás frente a las dificultades, y que nos esforcemos, con el cansancio de los brazos y el sudor de la frente, en favor de los pobres, nuestros amos y señores. Que en su escuela aprendamos a ser verdaderos hijos tuyos, dignos herederos del carisma que confiaste a San Vicente y a Santa Luisa, para bien de la Iglesia y de toda la humanidad. Que este año jubilar sea para toda la familia vicentina un momento de gracia y conversión, y para los destinatarios de nuestro amor un tiempo colmado de bendiciones. Amén.
Haznos descubrir la audacia de San Vicente y de Santa Luisa, la laboriosidad y la fragancia de aquel amor siempre renovado por los pobres, que les ayude a cambiar de verdad su vida. Ayúdanos a hacer fuerte y humilde nuestra fe en este mundo, que parece tan alejado de Ti pero te necesita.
Has que podamos ser signo de esperanza para muchos, como lo fueron San Vicente y Santa Luisa, simples compañeros de viaje por el mar de la vida. Concédenos que no nos echemos atrás frente a las dificultades, y que nos esforcemos, con el cansancio de los brazos y el sudor de la frente, en favor de los pobres, nuestros amos y señores. Que en su escuela aprendamos a ser verdaderos hijos tuyos, dignos herederos del carisma que confiaste a San Vicente y a Santa Luisa, para bien de la Iglesia y de toda la humanidad. Que este año jubilar sea para toda la familia vicentina un momento de gracia y conversión, y para los destinatarios de nuestro amor un tiempo colmado de bendiciones. Amén.
Canto final: (Mariano)
Realizado en el Seminario Villa Paúl por:
Humberto Aristizabal, CM.
Crisanto Alfonso Medina, CM.
Genry Cristóbal Yasnó, CM.