Fuentes: “Tú tienes palabras de vida,
Ciclo B”; obras completas de
San Vicente de Paúl.
|
Ambientación: 7
velas con los nombres de los dones del Espíritu Santo alrededor del Cirio
Pascual.
Cantos sugeridos: Siempre
es Pentecostés; El Espíritu de Dios está sobre mí.
AMBIENTACIÓN:
El
Espíritu es el don que el Señor hace a sus discípulos para que puedan continuar su misión. Descubramos
el gran regalo que supone encontrarse con Jesús y vivir con la seguridad de que
su Espíritu hará nacer en nosotros una sensibilidad especial hacia los que
sufren, una búsqueda de justicia, una voluntad sincera de paz para todos, una
esperanza fuerte.
1. Oración inicial
Dios Espíritu Santo,
Tú que eres la promesa
que nos hizo
el Señor Jesús,
que Él nos enviaría a otro
defensor,
para que nos recordara
todo lo que Él hizo y dijo;
Tú que transformaste la
vida de los discípulos,
y los impulsaste a la
misión,
llenándolos de coraje,
valentía y sabiduría,
hoy ven, nuevamente a
nosotros,
y así como actuaste
aquella vez,
hoy nuevamente, ven y
llénanos de ti,
para que podamos dar
testimonio de ti,
anunciando que Jesús es
nuestro Dios y Señor,
y que solo en Él y por
Él tenemos la vida.
Ven, Espíritu Santo,
y haz nuevas todas las
cosas,
llenándonos de ti.
Que así sea.
I.
LECTIO ¿Qué dice el texto? – Juan
20,19-23
Motivación:
La comunidad que surgió de los primeros testigos de la Resurrección de Jesús,
fue obra del mismo Espíritu de Dios que, al resucitar a Jesús de entre los
muertos, iluminó la mente de sus discípulos y comenzaron a comprender en
profundidad toda la obra de Jesús.
El
Espíritu Santo ha asumido la misión de conducirnos al conocimiento de la verdad
plena a lo largo de todos los tiempos.
Escuchemos.
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
·
¿Qué día y en qué tiempo
se presentó Jesús a sus discípulos?
·
¿Por qué los discípulos
estaban reunidos a puerta cerrada?
·
¿Cómo les saluda Jesús?
¿Cómo reaccionan los discípulos?
·
¿De qué manera y para qué Jesús les comunica el don
del Espíritu?
·
¿Qué poder les otorga Jesús a sus discípulos?
Otros textos bíblicos
para confrontar: Mc 16, 9; Mt
28,10; Mc 16,2; Lc
24,1; Jn 20, 1.
II.
MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: También
hoy puede ser Pentecostés. El Señor Jesús, que derramó sus Espíritu sobre
nosotros el día de nuestro bautismo, no deja de renovar ese don para que
podamos continuar la misión que él mismo recibió del Padre.
·
¿Qué experiencias
tienes de la acción del Espíritu Santo en tu vida?
·
También hoy vivimos
encerrados y atemorizados. ¿Cuáles son las cosas que me llenan de temor y me
encierran en mí mismo?
·
En mis labores
pastorales, ¿me dejo guiar por las motivaciones del Espíritu Santo? ¿Hasta
dónde dejo que actúe en mí y en mis planes el Espíritu Santo?
·
El Espíritu Santo es el
aliento de vida del Resucitado, no se ve… ¿de qué manera debería notarse su
presencia en nuestras vidas?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le
digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Sin el
Espíritu Santo, la oración sería un diálogo imposible. Él es quien gime en
nosotros para que podamos rezar como nos conviene, Movidos por él nos ponemos
una vez más ante el Padre para que nunca nos falte su ayuda y fortaleza.
·
Luego de un tiempo de
oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre
dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica
confiada.
·
Se puede, también,
recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo. Salmo 103
IV. CONTEMPLATIO ¿Qué
me lleva a hacer el texto?
Motivación:
San
Vicente exhortaba con frecuencia a revestirse del Espíritu de Cristo: hay que
revestirse del espíritu de Jesucristo. “¡Oh Salvador! ¡Oh padre! ¡Qué negocio
tan importante éste de revestirse del espíritu de Jesucristo! Quiere esto decir
que, para perfeccionarnos y atender útilmente a los pueblos, y para servir bien
a los eclesiásticos, hemos de esforzarnos en imitar la perfección de Jesucristo
y procurar llegar a ella. Esto significa también que nosotros no podemos nada
por nosotros mismos. Hemos de llenarnos y dejarnos animar de este espíritu de
Jesucristo. Para entenderlo bien, hemos de saber que su espíritu está extendido
por todos los cristianos que viven según las reglas del cristianismo; sus
acciones y sus obras están penetradas del espíritu de Dios, de forma que Dios
ha suscitado a la compañía, y lo veis muy bien, para hacer lo mismo. Ella
siempre ha apreciado las máximas cristianas y ha deseado revestirse del
espíritu del evangelio, para vivir y para obrar como vivió nuestro Señor y para
hacer que su espíritu se muestre en toda la compañía y en cada uno de los
misioneros, en todas sus obras en general y en cada una en particular.” (XI,
410-411)
·
Compromiso: Piensa en algunas acciones concretas que te
pueden ayudar a revestirte del Espíritu Jesucristo.
·
Como comunidad, ¿qué pueden hacer para realizar la misión de
reconciliación a la que nos envía Jesús?
Oración
final
¡Ven, Espíritu Santo; llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor!
En este día nuestra oración, Padre, es alabanza y
súplica. Alabanza porque inundas la Iglesia y el mundo con tu Espíritu; y
súplica porque nosotros lo necesitamos desesperadamente.
Perdona, Señor, nuestra cobardía y danos la fuerza
de tu Espíritu para anunciar hoy a Cristo como esperanza de la humanidad y
verdad que vence la mentira, como paz y libertad que fundamentan la dignidad
humana, como vida que supera la muerte, el desamor y la opresión, como amor y
fraternidad que derrotan al odio y la violencia, como única liberación, capaz
de crear personas libres que aman.
¡Ven Espíritu divino! Llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego perenne de tu amor. Amén.