Fuentes: “Tú tienes palabras de vida,
Ciclo B”; obras completas de
San Vicente de Paúl.
Ambientación: Al centro un corazón grande de cartulina con los
nombres de los participantes. Frase:
ustedes son mis amigos.
Cantos sugeridos: Como el Padre me amó; No me eligieron ustedes
AMBIENTACIÓN:
Nos
acercamos hoy al corazón del mensaje de Jesús y a la motivación más profunda de
toda su vida. El origen de todo amor se encuentra en el Padre y a través de
Jesús se manifiesta a los creyentes que han de responder a este don gratuito
amándose mutuamente.
Oración inicial
Has
sido Tú quien nos ha amado primero,
oh
Cristo, que también nos llamas amigos...
Ahora
en tu presencia,
como
piedras vivas en tus manos te pedimos:
Úsanos
en la construcción del reino de amor,
en
la construcción de un templo
donde
haya lugar para todos,
en
donde sólo se pida amar.
Únenos
a Ti... únenos en la caridad:
del
amor que no excluye, sino acepta;
del
amor que no ofende, sino que perdona;
del
amor que no hiere, sino que cura las heridas.
Mándanos,
en fin, solamente amar;
al
hermano más pobre olvidado;
a
quien no es como nosotros;
a
quien rechaza, quizás, nuestro amor.
Y
seremos verdaderamente tus amigos,
misioneros
de tu presencia amorosa en el mundo.
AMEN.
I. LECTIO ¿Qué dice
el texto? – Juan
15, 9-17
Motivación: La unión entre Jesús y el discípulo, a imagen de aquella que existe entre
él mismo y el Padre, es una comunión fundamentada en el amor y ha de expresarse
en el cumplimiento del mandamiento nuevo. Esta relación, calificada por Jesús
como “amistad”, es fuente de alegría y de buenos frutos. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1.
Proclamar el
texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas
para la lectura:
·
¿Qué tipo de
relación quiere establecer Jesús con sus discípulos? ¿De qué amor se trata?
·
¿De dónde
procede ese amor? ¿Cuál es su máxima expresión?
·
¿En qué
consiste el “mandamiento nuevo”?
·
El amor de
Jesús es un amor de “elección”. ¿Quién toma la iniciativa?
·
¿Por qué
llama Jesús amigos a sus discípulos?
·
¿Qué misión
encarga Jesús a sus discípulos-amigos?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Jn 10,14-15; Rm 5,6-8; Lc 10,25-28.
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: El centro del Evangelio es el amor. Pero no
se trata de un amor cualquiera, no es una simple corazonada o una pasión
pasajera. El amor de Jesús es entrega total, y nosotros como seguidores y discípulos
suyos, somos invitados a permanecer en él para poder dar aquellos buenos frutos
que maduran cuando se pone en práctica su mandamiento.
·
Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes.
¿Qué sentimientos
y qué convicciones de fe provocan en ti estas palabras de Jesús?
·
¿Te sientes
realmente “amigo” de Jesús? ¿Cómo vives esa relación de amistad?
·
¿De qué
manera el “mandamiento nuevo” de Jesús inspira y motiva tu compromiso
cristiano? ¿Cuánta alegría experimentas al cumplir su mandato?
·
¿Qué frutos
de amor te está pidiendo el Señor en estos momentos?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: Decía Santa Teresa que orar es hablar de amistad
con quien sabemos que nos ama. Por eso las palabras de Jesús que hemos meditado
hoy nos conducen necesariamente a la oración. De amigo a amigo, porque nos ha
demostrado el amor más grande, que es el dar la vida por los amigos.
·
Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
·
Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 97).
IV. CONTEMPLATIO ¿Qué
me lleva a hacer el texto?
Motivación: Así comprendió san
Vicente el mandamiento nuevo del amor:
“Nuestro Señor dijo: "El que salve su vida la perderá" , y en
otro lugar añade que no es posible hacer un acto de amor mayor que el de dar la
vida por un amigo. ¿Y no es Dios nuestro amigo? ¿No lo es el prójimo? ¿No
seríamos indignos de gozar del ser que Dios nos da, si nos negásemos a darlo
por unos motivos tan dignos? Ciertamente, sabiendo que hemos recibido nuestra
vida de su mano generosa, cometeríamos una injusticia si no la gastásemos según
sus designios.” (XI, 520)
“Sólo nuestro Señor ha podido dejarse arrastrar por el amor a las
criaturas hasta dejar el trono de su Padre para venir a tomar un cuerpo sujeto
a las debilidades. ¿Y para qué? Para establecer entre nosotros por su ejemplo y
su palabra la caridad con el prójimo. Este amor fue el que lo crucificó y el
que hizo esta obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos, si tuviéramos
un poco de ese amor, ¿nos quedaríamos con los brazos cruzados? ¿Dejaríamos
morir a todos esos que podríamos asistir? No, la caridad no puede permanecer
ociosa, sino que nos mueve a la salvación y al consuelo de los demás.”
·
Compromiso: Hacer más concreta nuestra presencia en la sociedad
mediante el testimonio de la alegría en el compartir.
Oración
final
Señor Jesús, Tú que nos elegiste,
Tú que nos miraste con cariño
y nos invitaste a asumir tu estilo de vida,
y quieres que permanezcamos en tu amor,
guardando tu Palabra,
te pedimos que nos des una unión tal contigo,
que en todo momento, tengamos presente
tu manera de ser y de vivir,
para que busquemos ser como Tú, vivir como Tú,
y amar como Tú lo has hecho, hasta dar la vida,
realizando en nosotros el proyecto del Padre.
Ayúdanos Señor a amar como Tú lo has hecho
hasta el final, hasta dar la vida por ti.
Que así sea.