LA PALABRA HOY: Deuteronomio
4,1-2.6-8; Salmo 14; Santiago 1,17-18.21-22.27; Marcos 1-8.14-15.21-23
Fuentes:“Tú tienes
palabras de vida, Ciclo B”; obras completas de San Vicente de Paúl. |
Ambientación: Cirio, Biblia
sobre un corazón grande en cartulina, otros más pequeños con los nombres de los
participantes.
Cantos sugeridos: Danos
un corazón
AMBIENTACIÓN:
La Palabra de Dios siempre
es portadora de vida y liberación para el ser humano. Jesús nos ofrece un mensaje
que irá suavizando el egoísmo de nuestro corazón; iremos viendo que no es la
apariencia externa, lo que hagamos ante los demás, lo que nos hace ser mejores,
es nuestra actitud interior la que nos lleva a actuar con justicia y a hacer el
bien.
Pidamos hoy al Señor que
podamos descubrir lo esencial del mensaje evangélico.
1. Oración inicial
Abre
nuestra mente, Señor,
y
purifica nuestro corazón:
Haz
que desde su interior
brote
constante el bien hacia todos.
Tú
sabes lo que hay dentro de cada uno,
y Tú
puedes renovar nuestra escucha
y
nuestro cumplimiento.
Fortalece
nuestra voluntad,
para
que no nos conformemos
con
invocar tu nombre,
sin
practicar tus preceptos.
Y
transforma nuestra fe
para
que unida a nuestra vida
sea en
todo momento
espejo
vivo de la palabra escuchada.
AMÉN.
I.
LECTIO ¿Qué dice el texto? – Marcos 1-8.14-15.21-23
Motivación: Con los problemas tan
graves de nuestro mundo, es clara la invitación de Jesús a no entretenernos en
debates innecesarios y sí en buscar lo esencial de una religiosidad que debe
ser sincera, profunda y muy unida a los problemas reales de nuestro tiempo,
desde el inmenso amor que Dios tiene por la humanidad y que nosotros debemos
hacer presente. Escuchemos.
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la
lectura:
· ¿Qué molesta a los fariseos
y a los letrados en la conducta de los discípulos?
· ¿Cómo les llama Jesús?
¿Qué actitud denuncia en ellos con el texto de Isaías?
· Luego el Señor se
dirige a la gente. ¿Qué les dice? ¿Qué hace impuro a las personas? ¿Cuál es la
raíz del mal?
Otros textos bíblicos
para confrontar: Mt 15,1-20; Lc 11,38; Is 29,13
II.
MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: También nosotros
estamos tentados de caer en una religiosidad ritual y legalista, olvidándonos
de que la fe es algo que debe agarrarnos por dentro. Por eso es necesario que
meditemos en torno a lo esencial, para descubrir de dónde brota nuestra
relación con Dios.
· Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. ¿Te sientes aludido en esta frase? ¿En qué sentido te hace reflexionar
sobre tu relación con Dios?
· ¿Qué valoro más en mi
vida de fe: la conversión del corazón o el cumplimiento exacto de devociones y
tradiciones?
· ¿En qué momentos de
nuestras vidas nos importa más la “apariencia”?
· Evaluando lo que hay en
nuestro corazón, ¿somos presencia de verdad, de justicia, de solidaridad en el
mundo? ¿o nos hemos contaminado las manos con su egoísmo, engaño y
superficialidad?
Luego de un tiempo de
meditación personal, compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el
texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le
digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: De un corazón
purificado por la Palabra puede brotar la oración sincera y una relación con el
Padre fundamentada no en ritos vacíos, sino en actitudes que nacen de lo más
profundo del ser humano.
· Luego de un tiempo de
oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre
dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica
confiada.
· Se puede, también,
recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 14).
IV. CONTEMPLATIO ¿Qué
me lleva a hacer el texto?
Motivación: Hablando sobre la
pureza de intención, San Vicente nos recuerda que hemos de realizar nuestras
acciones para agradar a Dios:
“Dios no se fija tanto
en el exterior de nuestras acciones como en el grado de amor y en la pureza de
intención con que las hacemos. Las acciones pequeñas, hechas por agradar a
Dios, no están tan sujetas a la vana gloria como las otras acciones más
brillantes, que muchas veces se van en humos. En fin, si queremos agradar a
Dios en las acciones grandes, hemos de habituarnos a agradarle en las pequeñas.
(XI, 751)
De la abundancia del
corazón habla la boca; de ordinario, las acciones exteriores son un testimonio
de lo interior; los que tienen verdadera caridad por dentro, la demuestran por
fuera. Es propio del fuego iluminar y calentar, y es propio del amor respetar y
complacer a la persona amada. (XI,556)
Compromiso:
· Descubrir las actitudes
fariseas que existen en mi relación con Dios, en mi vivencia de la fe. Pedirle
a Dios la gracia para purificar las intenciones de mi corazón.
Oración
final
Señor Jesús,
Tú que siempre viviste
la verdad,
que la anunciaste,
porque Tú eres la verdad,
te pido que me ayudes a
tener
una actitud y una
disposición
de coherencia y
transparencia
de rectitud y de
nobleza en mi vida de fe,
para que busque vivir
lo que me pides,
para que lo que creo no
sea teoría sino vida,
que no sea rito sino
actitud,
que no sea palabras
sino gestos
de unión y comunión
contigo,
para que dé a conocer
mi fe en ti
con mi vida y mis
palabras,
viviendo lo que creo,
siendo como Tú, actuando
como Tú,
en una disposición
continua de búsqueda,
de comunión e
identificación contigo.
Que así sea.