Fuentes: “Tú tienes palabras de vida, Ciclo B”;
obras completas de San Vicente de Paúl.
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LA PALABRA HOY: 1 Reyes 19,4-8; Salmo 32; Efesios 4,30-5,2; Juan
6,41-52
Ambientación: Al centro: un pan grande, un cirio y la frase: Yo soy el Pan de la Vida
Cantos sugeridos: Yo soy el pan de vida; No podemos caminar
AMBIENTACIÓN:
Jesús se presenta a sí mismo como el pan vivo
bajado del cielo, cuya fuerza de vida es capaz de dar vida eterna a quien lo
acoge con fe y lo reconoce como enviado e Hijo de Dios.
En el desierto de nuestra vida, el Señor nos sigue
dando el alimento que es su propio Hijo, el Pan bajado del cielo. En él
encontramos la fuerza que necesitamos para vivir en el amor como Cristo y para
llegar a nuestra meta sin desfallecer.
1. Oración inicial
Señor Jesús, Tú que te has dado a conocer
como el pan bajado del cielo,
como el pan vivo, como el pan de vida,
como Aquel que nos da vida eterna,
porque te das a ti mismo,
dándonos tu propia carne,
te pedimos que nos ayudes a comprender
la dimensión de tu entrega,
y del don que nos das en ti mismo,
al darnos la Eucaristía,
para que creamos incondicionalmente en ti,
y nunca murmuremos ni desconfiemos
de ti, ni de tus enseñanzas,
ni de tu manera de actuar
sabiendo que creer en ti,
es don y es gracia de tu Padre.
Regálanos un corazón dócil a tus enseñanzas
y sensibilidad a tu presencia en la Eucaristía,
para tener en ti y de ti, la vida y la gracia
que Tú nos das en tu Cuerpo y en tu Sangre. AMÉN.
I. LECTIO ¿Qué dice
el texto? – Jn 6,41-52
Motivación:
Con el
signo de la multiplicación, Jesús ha revelado las entrañas de su ser y de su
misión, pero muchos no han entendido su significado. San Juan desarrolla el
tema del pan que da la vida y con el que Jesús se identifica. El pasaje que hoy
leeremos profundiza en las relaciones del Hijo con el Padre y la necesidad de
creer en Él. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
· ¿Por qué murmuraban los judíos contra Jesús?
¿Qué decían de Él?
· ¿Quiénes van a Jesús?
· ¿Qué dice Jesús sobre Él mismo? ¿Qué afirma
sobre su relación con el Padre?
· ¿Quiénes tendrán vida eterna? ¿Quién es el
único que puede dar vida eterna?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Mt 13,54-57; Mc 6,1-6; Mt 16,17; Is 54,13.
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: La fe, que es un don de Dios, es necesaria
para poder aceptar que la salvación nos ha llegado con Jesús. Como dice el
evangelio, hay que dejarse instruir por Dios. Por ello, además de la fe, que es
don, es preciso nuestro esfuerzo y tarea de la meditación asidua y profunda de
la Palabra. Ahora lo hacemos nosotros:
· La gente
“murmuraban”, desconfiaban de Jesús,
¿cuáles son las cosas que me hacen tambalear, eso que debilita mi fe, eso que
me aparta del Señor o me hace desconfiar y dudar de Él?
· “…yo soy
el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan, vivirá para siempre…” ¿Siento
y vivo la Eucaristía como el momento más alto, el central, el fundamental y
existencial de mi fe?, ¿de qué manera?
· ¿Le doy espacio al Señor para que su
presencia en mí, me transforme y me vivifique?
· ¿Qué realidades de nuestro mundo están
necesitando es “vida” que Jesús le ofrece?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: El Evangelio nos ha asegurado que “todos
serán instruidos por Dios”. Y nosotros, en ambiente de oración, nos dejamos
enseñar por él y nos ponemos a la escucha de su Palabra porque queremos aceptar
con fe lo que es y lo que significa la persona de Jesús.
· Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
· Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo.
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: Es ahora Santa Luisa de Marillac, la que nos
habla de la grandeza de la Eucaristía:
“Pero la
inmensidad de su amor hacia nosotros no se contentó con esto, sino que
queriendo unir inseparablemente la naturaleza divina con la naturaleza humana,
la llevó a cabo después de la Encarnación en la admirable invención del
Santísimo Sacramento del Altar en el que habita continuamente la plenitud de la
Divinidad en la segunda Persona de la Santísima Trinidad ... Tenemos motivos
para creer que esa seguridad que Nuestro Señor nos dio de que estaría siempre
con nosotros era su designio de santificar a las almas por esa presencia
continua aunque invisible y la aplicación del mérito de sus acciones a las de
sus creaturas: ya pidiendo perdón a su Padre para borrar nuestros crímenes
opuestos a las virtudes que El practicó, ya para hacer gratas a Dios las
acciones virtuosas que por gracia suya pueden hacer los hombres uniéndolas a
sus méritos. Por esta vía es como me ha parecido que la humanidad santa de
Nuestro Señor está continuamente presente para nosotros, es decir, santificando
las almas por la aplicación de sus méritos; viene a ser como una atmósfera sin
la cual el alma no tiene vida...” (E 67, p.772-773)
Compromiso:
· Durante la
semana realizar alguna acción que sea fuente de vida para los demás.
Oración
final
Señor Jesús, Tú el pan vivo bajado del cielo,
el que te das para darnos tu vida,
el que nos das vida eterna con tu vida,
danos la gracia de ser sensibles
a tu presencia viva en la Eucaristía,
para que descubramos que ahí estás Tú todo,
Tú en cuerpo y alma,
y que recibiéndote a ti
tenemos tu propia vida,
con lo que Tú nos vivificas y nos llenas de ti.
Ayúdanos Señor, a verte presente
en la Eucaristía y así ser
vivificados en ti,
con tu presencia viva y
transformadora.
Que así sea.