Carta from Jazmin Esquiaqui
Voluntariado Juvenil Vicentino
El Voluntariado Juvenil Vicentino tuvo su origen en París el 29 de noviembre de 1909. Nació con el nombre de “Obra de Luisas de Marillac”, y como parte de la Cofradía de las Damas de la Caridad, hoy Asociación Internacional de Caridades (A.I.C.). De esto hay constancia en un acta en la parroquia de San Nicolás de Chardonet, firmada por Monseñor Annette, Arzobispo de Paris.
En Colombia fue organizado el movimiento el 2 de enero de 1933 3n Cali, desde donde se propagó al resto del País. En 1971 tomo el nombre de Voluntariado Juvenil Vicentino “VOLJUVI” dejando de ser solo femenino.
Hace parte de la familia vicentina. Sigue las orientaciones de la Iglesia Católica, es ajeno a toda actividad de carácter partidista. Acata la constitución y las leyes de la Republica y promueve obras sociales de caridad y Evangelización, desarrollo humano y servicio a la comunidad.
viernes, agosto 31
martes, agosto 28
LECTIO DIVINA – DOMINGO 20º TO –Ciclo B EL QUE ME COMA, VIVIRA POR MI
Fuentes: “Tú tienes palabras de vida, Ciclo B”;
obras completas de San Vicente de Paúl.
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LA PALABRA HOY: Proverbios 9,1-6; Salmo 33; Efesios 5,15-20; Juan
6,51-58
Ambientación: Al centro: un pan grande, un cirio y la frase: El que me coma vivirá por mí.
Cantos sugeridos: Yo soy el pan de vida; En su mesa hay amor
AMBIENTACIÓN:
Jesús estaba junto a Dios, pero ha bajado a este
mundo y ha preparado un banquete en el que ofrece un pan que es su propia
carne, su misma persona. Para el que se alimenta de él acogiéndolo con fe, se
convierte en un pan de vida eterna que permite entrar en una comunión
inesperada con Dios.
Esa comunión es la que nos permite darnos cuenta de
lo que el Señor quiere HOY de nosotros.
1. Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que nos has dejado tu cuerpo y tu sangre,
como verdadera comida y verdadera bebida,
que te has dado Tú mismo,
dándonos tu carne,
dándote Tú todo, en cuerpo y alma,
quedándote en la Eucaristía,
para vivificarnos con tu vida,
transformándonos para que nosotros
tengamos vida en ti,
danos la gracia de experimentar tu presencia viva
y así tener la gracia de adherirnos vivencialmente a ti,
para vivir como Tú quieres y esperas de nosotros.
Abre nuestro corazón y ayúdanos
a sentirte presente y vivo junto a nosotros
sintiendo que eres Tú el que nos vivificas
y transformas con tu vida.
AMEN.
I. LECTIO ¿Qué dice
el texto? – Jn 6,51-58
Motivación: El cuerpo humano se alimenta de pan y vino;
también la fraternidad necesita alimentarse día a día para no morir de
"desnutrición"; la caridad exige siempre un esfuerzo por salir del
propio egoísmo; por eso siempre está necesitada de una ayuda que la
vivifique; esa ayuda no es otra sino el cuerpo y la sangre de Cristo, que se
nos entrega como alimento, solidarizándose en todo con los hombres, sus
hermanos. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
· ¿Cómo se presenta Jesús? ¿Qué dice sobre Él
mismo?
· ¿Qué reacción provoca en los judíos? ¿De qué
discuten?
· ¿Cómo les responde Jesús? ¿Qué significa para
sus discípulos “comer su carne” y “beber su sangre”?
· ¿Cómo define Jesús a su Padre? ¿Cuál es el
poder del Padre?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Lc 22,19; 1Co 11,24; Jn 15,4-5.
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: El Evangelio de hoy es sumamente exigente, si
queremos tomarlo en serio. Nos ayuda a entender dónde está el secreto de la
vida verdadera. Actualicemos y acerquemos a nuestra existencia concreta lo que
nos ha sugerido la lectura de este texto.
· ¿De qué manera te ayuda la celebración de la
Eucaristía a alimentar tu vida de fe? ¿Cómo te ayuda a profundizar tu relación
con Jesús y con el Padre?
· ¿Busco la Eucaristía como el alimento vital y
fundamental para vivir lo que el Señor quiere y espera de mí?
· ¿Vivo la comunión eucarística como el momento
donde el Señor me llena de su presencia viva?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: Jesús ha eliminado todas las distancias que
separaban al ser humano de Dios, nos ha comunicado la vida del Padre y se ha
hecho pan de vida eterna para todo el que cree en él. Presentemos al Señor,
orando lo que nos ha sugerido la reflexión de este texto.
· Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
· Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 33).
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: Es
ahora San Juan Gabriel Perboyre, el que nos habla de la grandeza de la
Eucaristía. Antes de celebrar la misa pronuncia estaba profunda y hermosa
súplica:
Heme
aquí, ¡oh mi divino Salvador! Que a pesar de mi indignidad, voy a darte un ser
que tú no tienes, el ser sacramental. ¡Y bien! yo te ruego y te conjuro que
obres en mí la misma maravilla que voy a realizar sobre este pan, en virtud de
los poderes que Tú me has confiado. Que cuando yo diga: esto es mi cuerpo,
digas también Tú de tu indigno servidor: `este es mi cuerpo'. Haz, por tu
omnipotencia y tu infinita misericordia, que yo me cambie y transforme
totalmente en Ti. Que mis manos sean las manos de Jesús, que mis ojos sean los
ojos de Jesús, que mi lengua sea la lengua de Jesús; que todos mis sentidos y
todo mi cuerpo sólo sirvan para glorificarte; pero sobre todo transforma mi
alma y todas sus potencias: que mi memoria, que mi inteligencia, que mi
corazón, sean la memoria, la inteligencia y el corazón de Jesús; que mis
operaciones, mis sentimientos sean semejantes a tus operaciones, a tus
sentimientos; y que, como tu Padre decía de Ti: `Yo te he engendrado hoy',
puedas Tú decir lo mismo de mí y agregar también con tu Padre celestial: `he
ahí a mi hijo bienamado, objeto de mis complacencias'. Sí, destruye en mí todo
lo que no sea tuyo; haz que yo no viva sino de Ti, para Ti, a fin de que
también yo pueda de mi parte decir como tu gran apóstol: `no soy yo quien vive,
es Jesucristo que vive en mí'.
Compromiso:
· Agradecer a
Dios por el don de la Eucaristía, por su
presencia en ella; orar por aquellos que viven alejados del Pan de vida eterna.
· Vivir
durante la semana como una persona eucarística: haciendo de mi vida un pan
partido y compartido con los demás.
Oración
final
CREO Señor
que está vivo y presente en la Eucaristía,
que tu Carne es verdadera comida,
que tu Sangre es verdadera bebida,
que Tú vienes a mí y me transformas,
que Tú me unes más a ti en tu amor total…
que en la Eucaristía, estás Tú TODO, Dios y
hombre verdadero,
que la Eucaristía es el don máximo de tu amor
hacia nosotros,
que Tú te das como alimento para impulsarnos a
ti,
Creo Señor, pero ven Tú en mi ayuda para que cada
vez más, viva por ti y para ti, siendo Tú todo para mí. AMÉN
viernes, agosto 24
LECTIO DIVINA – Asunción de la Virgen María DANZAR CON DIOS
Ambientación: Imagen de María adornada con flores e iluminada
con velas. Al lado un cartel con la frase: “Magnificat”
Cantos sugeridos: Yo canto al Señor porque es grande; Mi alma canta
AMBIENTACIÓN:
En la solemnidad de la
Asunción proclamamos junto con la Iglesia entera que María
ha entrado en la Gloria
de su Hijo Jesús con todo lo que ella es, con la humildad de su vida, de su
silencio, de su entrega discreta, de su camino en el seguimiento hasta los pies
de la cruz. Con María, nos abrimos a la acción del Espíritu:
Fuentes: “Tú tienes palabras de vida, Ciclo B”; obras completas de
San Vicente de Paúl
|
1. Oración inicial
Espíritu Santo, Espíritu de
sabiduría, de ciencia, del entendimiento, de consejo, llénanos, te rogamos, del
conocimiento de la Palabra
de Dios, llénanos de toda sabiduría e inteligencia espiritual para poderla
comprender en profundidad.
Haz que bajo tu guía podamos
comprender el evangelio de esta solemnidad mariana.
Espíritu Santo, tenemos
necesidad de ti, el único que continuamente modela en nosotros la figura y la
forma de Jesús.
Y nos dirigimos a ti, María,
Madre de Jesús y de la Iglesia ,
que has vivido la presencia desbordante del Espíritu Santo, que has
experimentado su fuerza en ti, que le has visto obrar en tu Hijo Jesús desde el
seno materno, abre nuestro corazón y nuestra mente para que seamos dóciles a la
escucha de la Palabra
de Dios. AMÉN.
I. LECTIO ¿Qué dice el texto? - Lucas 1,39-56
Motivación:
En un
mundo en el que la desesperanza, las crisis –económicas, de valores, de
sistemas…-, y el individualismo se van adueñando de todo, hoy la Palabra de
Dios resuena, casi a gritos de alegría, anunciando el gozo de la presencia de
Dios entre los hombres. Escuchemos a María y a Isabel en esos himnos de
alabanza a Dios que entonan y dejémonos llenar de su alegría.
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Preguntas para la lectura
·
¿Qué razones tiene María para ir a ver a
Isabel? ¿Con qué actitud realiza el viaje?
·
¿Qué efecto causa en Isabel el saludo de
María? ¿Qué le dice al recibirla en su casa? ¿Y qué dice del niño que lleva en
su ser?
·
María responde con
un canto de alabanza ¿Qué canta María? ¿Qué cualidades de Dios resalta en su
canto?
·
¿Cuál es la actitud
de Dios hacia los pobres y pequeños?
Otros textos bíblicos para confrontar: 1 Sam 2,1-10, Lc 6,20-26; 16,19-25; 1Cor 15,54-57
II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: María depositó su confianza en Dios y no
quedó defraudada. No siempre conocemos los caminos de Dios. Pero sí sabemos con
certeza, porque Cristo Jesús lo dijo, que para el creyente la muerte se abre a
la vida y el sufrimiento se transforma en gozo. ¡Por eso celebramos con gozo la Asunción de María que
supo mucho de sufrimiento, pero en ella fue mayor la fe y confianza en Dios! Reflexionemos sobre el significado de este
pasaje para nuestras vidas:
· Esta fiesta nos invita a cantar la Gloria de María: ¿En qué
consiste esa Gloria?
· ¿Qué significa para nosotros la certeza de
que la Asunción
de María es signo de lo que seremos en el futuro? ¿Cómo vivo esta realidad?
· María,
mujer orante. Mi oración ¿es ante todo expresión de un
sentimiento o celebración y reconocimiento de la acción de Dios?
· El Magnificat es el canto de María que
agradece la obra maravillosa de Dios en ella. ¿Cuál es mi Magnificat? ¿En qué
forma agradezco a Dios su acción en mi vida y en la historia?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: María canta la grandeza de Dios que eleva a
los humildes y colma de bienes a los hambrientos. Esta misma experiencia la
hemos vivido muchas veces en nuestra actividad
pastoral: Dios engrandece a los pobres. Oremos y alabemos a Dios, recordando
situaciones concretas donde Dios se ha manifestado a favor de los sencillos y
humildes.
· Luego de un tiempo de oración personal, compartimos
en grupos nuestra oración (o todos juntos)
· Se puede, también, proclamar o cantar el
Canto de la Virgen María :
El Magnificat (Lc 1, 46-55)
IV. CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Con la mirada en Dios pero con los pies en
la tierra, María sabe alabar sin por eso disminuir su compromiso con la
historia. Esa fue la experiencia de san Vicente
de Paúl, tal como lo expresa este texto:
Dios ama a los pobres, y por consiguiente ama a quienes aman
a los pobres… son los preferidos de Dios; por eso tenemos motivos para esperar
que, por amor hacia ellos, también nos amará Dios a nosotros. Así pues,
hermanos míos, vayamos y ocupémonos con un amor nuevo en el servicio de los
pobres, y busquemos incluso a los más pobres y abandonados; reconozcamos
delante de Dios que son ellos nuestros señores y nuestros amos, y que somos
indignos de rendirles nuestros pequeños servicios. (SVP XI-3, 273)
Compromiso:
· Descubrir
en el amor de Dios la oportunidad que tenemos para heredar la vida eterna.
· Proclamar
con nuestras palabras y obras la acción de Dios en nuestras vidas.
Oración final
Dios de los pobres,
de los humildes
y de los olvidados,
hoy te bendecimos con
María de Nazaret,
la madre de Jesús,
porque tu
misericordia llega a tus fieles
de generación en
generación,
invirtiendo el viejo
orden establecido
y haciendo justicia a los menospreciados
y los oprimidos.
Con María ha llegado
un cambio decisivo en la historia,
al encarnarse Cristo en la vida y conciencia
de los pobres,
destinatarios
preferidos de la liberación de Dios.
¡Gracias, Señor!
Ayúdanos a asimilar
los valores de tu reino:
pobreza y vacío de sí
mismo
en vez de prepotencia
y orgullo,
fraternidad y
solidaridad
en vez de explotación
y dominio. Amén.
viernes, agosto 10
LECTIO DIVINA – DOMINGO 19º TO –Ciclo B YO SOY EL PAN DE LA VIDA
Fuentes: “Tú tienes palabras de vida, Ciclo B”;
obras completas de San Vicente de Paúl.
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LA PALABRA HOY: 1 Reyes 19,4-8; Salmo 32; Efesios 4,30-5,2; Juan
6,41-52
Ambientación: Al centro: un pan grande, un cirio y la frase: Yo soy el Pan de la Vida
Cantos sugeridos: Yo soy el pan de vida; No podemos caminar
AMBIENTACIÓN:
Jesús se presenta a sí mismo como el pan vivo
bajado del cielo, cuya fuerza de vida es capaz de dar vida eterna a quien lo
acoge con fe y lo reconoce como enviado e Hijo de Dios.
En el desierto de nuestra vida, el Señor nos sigue
dando el alimento que es su propio Hijo, el Pan bajado del cielo. En él
encontramos la fuerza que necesitamos para vivir en el amor como Cristo y para
llegar a nuestra meta sin desfallecer.
1. Oración inicial
Señor Jesús, Tú que te has dado a conocer
como el pan bajado del cielo,
como el pan vivo, como el pan de vida,
como Aquel que nos da vida eterna,
porque te das a ti mismo,
dándonos tu propia carne,
te pedimos que nos ayudes a comprender
la dimensión de tu entrega,
y del don que nos das en ti mismo,
al darnos la Eucaristía,
para que creamos incondicionalmente en ti,
y nunca murmuremos ni desconfiemos
de ti, ni de tus enseñanzas,
ni de tu manera de actuar
sabiendo que creer en ti,
es don y es gracia de tu Padre.
Regálanos un corazón dócil a tus enseñanzas
y sensibilidad a tu presencia en la Eucaristía,
para tener en ti y de ti, la vida y la gracia
que Tú nos das en tu Cuerpo y en tu Sangre. AMÉN.
I. LECTIO ¿Qué dice
el texto? – Jn 6,41-52
Motivación:
Con el
signo de la multiplicación, Jesús ha revelado las entrañas de su ser y de su
misión, pero muchos no han entendido su significado. San Juan desarrolla el
tema del pan que da la vida y con el que Jesús se identifica. El pasaje que hoy
leeremos profundiza en las relaciones del Hijo con el Padre y la necesidad de
creer en Él. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
· ¿Por qué murmuraban los judíos contra Jesús?
¿Qué decían de Él?
· ¿Quiénes van a Jesús?
· ¿Qué dice Jesús sobre Él mismo? ¿Qué afirma
sobre su relación con el Padre?
· ¿Quiénes tendrán vida eterna? ¿Quién es el
único que puede dar vida eterna?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Mt 13,54-57; Mc 6,1-6; Mt 16,17; Is 54,13.
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: La fe, que es un don de Dios, es necesaria
para poder aceptar que la salvación nos ha llegado con Jesús. Como dice el
evangelio, hay que dejarse instruir por Dios. Por ello, además de la fe, que es
don, es preciso nuestro esfuerzo y tarea de la meditación asidua y profunda de
la Palabra. Ahora lo hacemos nosotros:
· La gente
“murmuraban”, desconfiaban de Jesús,
¿cuáles son las cosas que me hacen tambalear, eso que debilita mi fe, eso que
me aparta del Señor o me hace desconfiar y dudar de Él?
· “…yo soy
el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan, vivirá para siempre…” ¿Siento
y vivo la Eucaristía como el momento más alto, el central, el fundamental y
existencial de mi fe?, ¿de qué manera?
· ¿Le doy espacio al Señor para que su
presencia en mí, me transforme y me vivifique?
· ¿Qué realidades de nuestro mundo están
necesitando es “vida” que Jesús le ofrece?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: El Evangelio nos ha asegurado que “todos
serán instruidos por Dios”. Y nosotros, en ambiente de oración, nos dejamos
enseñar por él y nos ponemos a la escucha de su Palabra porque queremos aceptar
con fe lo que es y lo que significa la persona de Jesús.
· Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
· Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo.
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: Es ahora Santa Luisa de Marillac, la que nos
habla de la grandeza de la Eucaristía:
“Pero la
inmensidad de su amor hacia nosotros no se contentó con esto, sino que
queriendo unir inseparablemente la naturaleza divina con la naturaleza humana,
la llevó a cabo después de la Encarnación en la admirable invención del
Santísimo Sacramento del Altar en el que habita continuamente la plenitud de la
Divinidad en la segunda Persona de la Santísima Trinidad ... Tenemos motivos
para creer que esa seguridad que Nuestro Señor nos dio de que estaría siempre
con nosotros era su designio de santificar a las almas por esa presencia
continua aunque invisible y la aplicación del mérito de sus acciones a las de
sus creaturas: ya pidiendo perdón a su Padre para borrar nuestros crímenes
opuestos a las virtudes que El practicó, ya para hacer gratas a Dios las
acciones virtuosas que por gracia suya pueden hacer los hombres uniéndolas a
sus méritos. Por esta vía es como me ha parecido que la humanidad santa de
Nuestro Señor está continuamente presente para nosotros, es decir, santificando
las almas por la aplicación de sus méritos; viene a ser como una atmósfera sin
la cual el alma no tiene vida...” (E 67, p.772-773)
Compromiso:
· Durante la
semana realizar alguna acción que sea fuente de vida para los demás.
Oración
final
Señor Jesús, Tú el pan vivo bajado del cielo,
el que te das para darnos tu vida,
el que nos das vida eterna con tu vida,
danos la gracia de ser sensibles
a tu presencia viva en la Eucaristía,
para que descubramos que ahí estás Tú todo,
Tú en cuerpo y alma,
y que recibiéndote a ti
tenemos tu propia vida,
con lo que Tú nos vivificas y nos llenas de ti.
Ayúdanos Señor, a verte presente
en la Eucaristía y así ser
vivificados en ti,
con tu presencia viva y
transformadora.
Que así sea.
lunes, agosto 6
LECTIO DIVINA – DOMINGO 18º TO –Ciclo B PAN QUE DA LA VIDA AL MUNDO
LA PALABRA HOY: Éxodo 16,2-4.12-15; Salomo 77; Efesios 4,17.20-24;
Juan 6,24-35
Ambientación: Al centro: un pan grande, un cirio y la frase: Señor, danos siempre de ese pan
Cantos sugeridos: Yo soy el pan de vida; Eucaristía
AMBIENTACIÓN:
Las personas humanas estamos buscando, incluso sin
saberlo, respuestas a nuestra existencia, sentido a nuestras vidas. Las cosas,
por muy importantes que sean, no nos dejan satisfechos.
Jesús es la respuesta, la solución definitiva; Él así lo afirma: “Yo soy el pan de vida”. Celebremos este encuentro con verdadera hambre y sed de encontrarnos con el Señor.
Jesús es la respuesta, la solución definitiva; Él así lo afirma: “Yo soy el pan de vida”. Celebremos este encuentro con verdadera hambre y sed de encontrarnos con el Señor.
1. Oración inicial
Nuestros padres tomaron el maná en el desierto
pero nosotros te confesamos a ti, oh Cristo,
como el verdadero pan que baja del cielo.
Te confesamos y te elegimos sólo a ti,
como alimento verdadero,
capaz de saciar a fondo
nuestra hambre infinita de Dios.
Ten compasión de nosotros,
que nos acercamos a tu misterio:
y renuévanos según tu imagen,
oh Cristo, hombre nuevo,
en la justicia y en la santidad.
Y al recibirte en la Eucaristía
que nuestro corazón desborde de aquel fruto,
de aquel bien que acá nos regalas:
El amor que nos acerca a todos
y nos hace hermanos de todos
en la comunión de tu cuerpo y sangre. Amén.
I. LECTIO ¿Qué
dice el texto? – Jn 6,24-35
Motivación: Jesús se va revelando progresivamente como
el verdadero pan del cielo del que debe alimentarse el mundo entero. Dios ha
preparado en Cristo, una manera especial de atender a las necesidades y
proporcionar la vida al ser humano. Él nos nutre de su mismo amor y de su
entrega. Escuchemos.
Forma de
leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas para la lectura:
·
¿Dónde se desarrolla la escena?
·
¿Qué reclama Jesús a la gente que ha ido a
buscarle?
·
La gente pregunta a Jesús qué hacer para
actuar como Dios quiere. ¿Qué responde Jesús?
·
Ellos piden una señal. ¿Cómo se revela Jesús?
¿De qué manera se da a conocer?
·
¿Qué certeza da Jesús a los que confíen
plenamente en él?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Sal 78,34; Mt 16,1-4; Lc 11,29-32; Mc 10,17
II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Como la gente que sigue al Señor, estamos
invitados a entrar en diálogo con él, a plantearle nuestras dudas y nuestras
esperanzas con respecto a Dios. Él nos pedirá que tengamos fe y que nos dejemos
llevar de esa confianza. Animados por estos sentimientos, reflexionamos:
· Dios espera que creamos en aquel que Él ha
enviado. ¿Qué lugar ocupa la fe en mi vida? ¿Me compromete totalmente o solo me
“sirve” en momentos de dificultad?
· Esfuércense
por conseguir el alimento que da la vida eterna. ¿Es la
Palabra de Dios mi pan cotidiano? ¿Alimenta mi experiencia de fe?
· ¿Qué debemos hacer para actuar como Dios
quiere?
· ¿Creo y confío en Jesús que hoy a mí se me
revela como Pan de vida para nunca más tenga hambre ni sed?
Luego de un tiempo de meditación personal,
compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi
propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: La Palabra de Dios, encarnada en Jesucristo,
es un alimento que da la vida eterna. Inspirándonos en ella expresamos en forma
de oración lo que hemos compartido durante este encuentro.
· Luego de un tiempo de oración personal, podemos
compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la
alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
· Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo.
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: Algunos pensamientos y convicciones de san
Vicente sobre la Eucaristía:
«Pues bien, como el Hijo de Dios, que en la
santa Eucaristía se da a sí mismo, lo deseó con un deseo tan ardiente, ¿no es
justo que el alma que desee recibir este soberano bien, lo desee con todo
corazón?» (IX, 312)
«... un medio para adquirir y acrecentar también
el amor a Dios es la recepción de los santos sacramentos, especialmente de la
santa eucaristía. Es imposible que nos acerquemos al fuego sin quemarnos, con
tal que lo hagamos con las disposiciones requeridas, esto es, con el deseo de
entregarnos enteramente a Dios y de pedirle ardientemente su amor.» (IX, 430)
«...la eucaristía era el pan cotidiano que
nuestro Señor quiso que se le pidiese y que los primeros cristianos tenían
costumbre de comulgar todos los días...» (XI, 73)
Compromiso:
Viendo que Jesús es el Pan de Vida, ¿qué voy a hacer para que mi participación
en la Eucaristía sea más vivencial y comprometida?
Oración
final
Señor Jesús, Tú que
nos invitas
a no quedarnos solo
en las cosas superficiales,
en las cosas
pasajeras, en aquello que hoy está
y mañana pasa,
para colocarnos en la
perspectiva de la vida eterna,
haciéndonos ver la
necesidad de buscar en ti
el alimento que
perdura y permanece
para la vida eterna,
es que te pedimos que
nos sensibilices
a tu Palabra, a tu
acción en nosotros
para que así te
busquemos
y así encontremos en
ti
la razón y el
fundamento de todo lo que somos,
buscando adherirnos a
ti
para vivir desde ya
en unión y comunión contigo
siendo Tú la razón de
todo lo que somos y hacemos.
Ayúdanos Señor a
dejarnos transformar por ti
para que Tú nos unas
siempre más a ti.
Que así sea.
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