“Tú tienes palabras de vida, Ciclo “C”; obras completas de San Vicente de Paúl. |
Ambientación: Un cirio, rodeado de flores, imagen del Resucitado, frase: “Hemos
visto al Señor”
Cantos sugeridos: Alegre la mañana; Resucitó; Haces nuevas todas las cosas
AMBIENTACIÓN:
La fe en Jesús
resucitado nos convierte en personas nuevas. El evangelio nos recuerda que esa
fe es capaz de hacer que el grupo de los discípulos, cerrado sobre sí mismo, se
transforme, por la fuerza del Espíritu, en una comunidad misionera. Una
comunidad que obra signos y prodigios a favor del pueblo, respaldado por la
autoridad soberana de Cristo resucitado.
1. Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que el día de tu Resurrección
diste el Espíritu Santo a tus discípulos
para que pudieran comprender
tu nueva realidad y situación;
envía también sobre nosotros
el mismo Espíritu para que siendo conscientes
de que ahora estás Resucitado
y que estas a nuestro lado,
y así nos capacite para la misión
que Tú nos has dejado.
Te pedimos que tu Espíritu,
nos ayude a conocerte
y reconocer tu presencia viva
junto a nosotros,
haz que hoy nuevamente,
sintamos la alegría de tu Resurrección
y que eso nos impulse a la misión
sintiendo que eres Tú el que nos envías.
Que así sea.
I. LECTIO ¿Qué
dice el texto? – Juan
20, 19-31
Motivación: El relato evangélico de hoy tiene lugar el primer
día de la semana judía y es una reflexión y confesión pascual que la comunidad
hace en torno a la mesa del Señor, lugar privilegiado el encuentro con el
Resucitado para aquellos que creen en Él aun sin haberlo visto. Escuchemos.
Forma
de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la
atención (sentados).
Preguntas
para la lectura:
· ¿En qué situación se encontraban los discípulos al principio del relato?
· ¿En qué aspectos se
transforma esa situación inicial? ¿Quién y cómo hace posible este cambio?
· ¿Qué misión confía
Cristo Resucitado a los discípulos?
· ¿Por qué Tomás tiene
dificultades para creer? ¿Qué reproche le hace Jesús?
· ¿Qué quiere mostrar
el evangelista a través de este episodio?
Otros
textos bíblicos para confrontar: Mc 16,14-18; Lc 24,36-49; Lc 1,45; Hch 1,8.
II. MEDITATIO ¿Qué me
dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Juan escribía pensando en muchos cristianos
que, como Tomás, vacilaban en su fe y necesitaban ser fortalecidos. No nos
cuesta identificarnos mucho con él, porque también atravesamos nuestras propias
crisis de fe. Necesitamos que el Resucitado, como hizo con sus primeros
discípulos, nos libre de nuestros miedos y nos comunique su Espíritu para poder
ser sus testigos.
· “…la paz
esté con ustedes…”, en mi experiencia de fe, ¿qué cosas o
circunstancias me ayudan a encontrar al Señor en mi vida?, ¿qué es lo que más
me ayuda a crecer como persona de fe?
· …como el
Padre me ha enviado…, así YO los envío a ustedes…, siendo
así, ¿es mi fe, una fe misionera, desinstalada, buscando siempre dar a conocer
aquello que creo, manifestando lo que creo?, ¿de qué manera?
· El Señor dio el Espíritu Santo a sus
discípulos, para vivir lo que Él nos pide, ¿qué hago para poder recibir la
fuerza de lo alto y así ser transformado por Él, para vivir como Él me pide?
Luego de un tiempo de
meditación personal, compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el
texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su
Palabra?
Motivación: La incredulidad de Tomás da paso a la adoración:
“Señor mío y Dios mío”. Son palabras que sólo pueden pronunciarse sinceramente
cuando estamos convencidos de que Jesús resucitado nos acompaña. Transformemos
en oración todo lo que hemos compartido en este encuentro.
· Luego de un tiempo de oración personal,
podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios
mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
· Se puede, también, recitar el salmo
responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 117).
IV. CONTEMPLATIO
¿Qué me lleva a hacer
el texto?
Motivación: La conversión de un hereje dio motivos a san
Vicente, para exclamar:
"¡Qué dicha para nosotros los misioneros,
poder demostrar que el Espíritu Santo guía a su Iglesia, trabajando como
trabajamos por la instrucción y la santificación de los pobres". (XI, 730)
Santa Luisa, también afirma sobre la misión, como fruto de la acción del
Espíritu Santo: “Esto es, me parece, lo que Nuestro Señor quería decir a sus Apóstoles
cuando les anunciaba que después de la venida del Espíritu Santo, ellos también
darían testimonio de Él. Y esto es lo que tienen que hacer todos los
cristianos: no ya dar testimonio sobre la doctrina, cosa que incumbe sólo a los
hombres apostólicos, sino con sus acciones perfectas de verdaderos cristianos.
¡Qué felices son las personas que por disposición de la divina Providencia
tienen el deber de continuar en todas las prácticas más sencillas de su vida el
ejercicio de la caridad! (E.98-A26. p. 810)
· Compromiso personal: Durante
este tiempo de Pascua, realizar alguna acción misionera como expresión de fe en
el Resucitado.
Oración
final
Dios
Espíritu Santo
Tú, el
don del Resucitado,
la
fuerza que dinamiza y vitaliza la Iglesia,
Tú que
vienes en nuestra ayuda
a
fortalecernos y a impulsarnos
a vivir
lo que el Señor nos ha propuesto
así como
transformaste la vida de los Apóstoles
de la
misma manera ven en nuestra ayuda,
y
llénanos de ti,
para
vivir lo que creemos
y
transmitir aquello que da sentido a nuestra vida,
ven Tú
en nuestra ayuda
y haznos
experimentar el gozo y el regocijo
que
viene del hecho de tenerte a ti
en
nuestro corazón
y de
vivir y anunciar el Evangelio.
AMÉN