Ambientación: Una
imagen de María y un cartel con esta frase: “hagan lo que Él diga”
Cantos sugeridos: Un día de bodas
AMBIENTACIÓN:
Las
lecturas de este domingo nos dejan oír campanas de boda. El profeta Isaías nos
presenta a Jerusalén, la novia con la que el Señor quiere contraer matrimonio.
Esos desposorios, anunciados por los profetas, se han hecho realidad en Jesús,
que riega su banquete de bodas con el mejor de los vinos para celebrar así que
la gloria de Dios habita en medio de este mundo.
1. Oración inicial
Señor Jesús,
tu Madre nos hizo ver la actitud
que debemos tener ante los demás,
siendo capaces de ver las necesidades de los otros y así
llevarles ante ti,
para que seas Tú el que actúes y te manifiestes;
te pedimos que ahora que vamos a profundizar
este pasaje de las Bodas de Caná,
Tú nos regales una sensibilidad tal
como la que tuvo tu Madre,
para que como ella estemos atentos
a las necesidades de los demás,
y que como ella, intercedamos
por todos los que necesitan de ayuda,
para que Tú como lo hiciste entonces,
transformes lo poco o nada que tenemos,
para que así Tú seas todo para nosotros
y en ti tengamos todo lo que necesitemos.
Que
así sea.
I. LECTIO
¿Qué dice el texto? – Juan 2, 1-12
Motivación: Con
la fiesta del bautismo de Jesús, que celebramos el domingo pasado, se pone fin
al ciclo de Navidad y se inaugura el Tiempo ordinario. Hoy, de la mano del
evangelista Juan, nos situamos en el punto de partida de la actividad pública
de Jesús. Con Él ha aparecido una novedad absoluta que declara caducas todas
las realidades antiguas.
Escuchemos:
Forma de leerlo:
1. Proclamar
el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada
uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
· ¿Qué
ocurre en esa fiesta? ¿Qué hace entonces María?
· ¿Cómo
reacciona María ante la actitud de Jesús? ¿Qué les dice a los sirvientes?
· ¿Qué
les pide el Señor a los que servían?
· ¿Cómo
es el “nuevo vino” que transforma Jesús?
· ¿Qué
le dice el encargado de la fiesta al novio?
· ¿Cómo
reaccionan sus discípulos ante ello?
Otros textos bíblicos para confrontar: Jn 1,
29; Jn 1, 35-43; Jn 1, 19; Jn 2, 6 - 10 .
II.
MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Jesús
desencadena con su presencia y su Palabra la alianza definitiva de Dios con su
pueblo. A esas bodas estamos también nosotros invitados, y podemos saborear el
vino de la alegría.
· ¿En qué y cómo debo imitar la actitud atenta y servicial que
tuvo María, y así ayudar a los que veo que necesitan de algo?
· ¿De qué manera busco: “…hacer todo lo que Jesús nos diga…”?, ¿qué hago para que el
Evangelio sea mi proyecto de vida, que su estilo de vida sea el mío?
· Hoy, aquí y ahora, ¿de qué manera puedo ayudar a que otros
encuentren a Jesús y tengan de Él la vida que solamente Él lo puede dar?, ¿cómo
ser instrumento suyo para que otros lo encuentren?
III.
ORATIO ¿Qué le
digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Pedimos
a María, la madre de Jesús y madre nuestra, que su Hijo siga siendo la alegría
de nuestras vidas. Nosotros estamos dispuestos a “hacer lo que Él diga”
· Luego
de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra oración (o
todos juntos)
· Se
puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 95).
IV. CONTEMPLATIO ¿Qué me
lleva a hacer el texto?
Motivación: Sí, para Vicente
siempre fue importante “hacer lo que Él diga”, pero hacerlo con prontitud, con
alegría, con voluntad…
Pero, hijas
mías, ¿cómo hay que obedecer? Prontamente, alegremente, con el juicio y, sobre
todo para agradar a Dios. Al obedecer, piensen: "Yo doy gusto a
Dios", o, lo que es lo mismo: "Yo agrado a Dios", Hijas mías,
piensen que, si se da gusto a Dios, es éste un medio para sujetar las
repugnancias que podríamos tener para obedecer.
… El
ejemplo de la santísima Virgen, yendo a Belén y yendo a Egipto, les tiene que
servir de modelo.
También es
necesario que su obediencia se preste voluntariamente, y no por fuerza, ni por
temor a disgustar, o de que se os reprenda. Y si sienten un poco de
repugnancia, como suele suceder, hijas mías, es preciso superar esa repugnancia
animosamente; de lo contrario, su obediencia sería sin mérito.
El objeto
principal de su obediencia, mis queridas hermanas, tiene que ser agradar a
Dios. ¡Oh, qué felicidad para una pobre y mala criatura poder agradar a Dios!
¿No es ésta una gran felicidad? Todo lo que hagan por obediencia resulta
agradable a él, puesto que es doblegarse a su voluntad, y éste es el ejercicio
de los bienaventurados. (IX,82)
· Compromiso: Vivir la semana
con la indicación de María, haciendo de corazón lo que Jesús me sugiera y en
ello gustar de su alegría.
Oración final
María, señora nuestra,
así como en Caná,
fuiste sensible a la necesidad de esos esposos,
y buscaste una solución al problema que tenían,
haciendo que tu Hijo se manifestara y actuara,
te pido que hoy mires mi vida, la de mi familia,
la de mi comunidad, la de mi parroquia
e intercedas por cada uno de nosotros ante tu HIJO,
pues en muchas ocasiones también se nos acaba
el vino de la esperanza, de la ilusión,
de las fuerzas para luchar, para seguir esperando;
por eso, señora, como lo hiciste entonces,
llévanos a tu HIJO,
porque Él manifiesta su amor
en lo que somos y en lo que hacemos.
Hoy, nuevamente dile a tu HIJO
lo que estamos viviendo,
y pídele que nos llene de su amor y de su paz,
para que hoy podamos experimentar
su gracia y su bendición.
Que así sea.