Voluntariado Juvenil Vicentino

El Voluntariado Juvenil Vicentino tuvo su origen en París el 29 de noviembre de 1909. Nació con el nombre de “Obra de Luisas de Marillac”, y como parte de la Cofradía de las Damas de la Caridad, hoy Asociación Internacional de Caridades (A.I.C.). De esto hay constancia en un acta en la parroquia de San Nicolás de Chardonet, firmada por Monseñor Annette, Arzobispo de Paris. En Colombia fue organizado el movimiento el 2 de enero de 1933 3n Cali, desde donde se propagó al resto del País. En 1971 tomo el nombre de Voluntariado Juvenil Vicentino “VOLJUVI” dejando de ser solo femenino. Hace parte de la familia vicentina. Sigue las orientaciones de la Iglesia Católica, es ajeno a toda actividad de carácter partidista. Acata la constitución y las leyes de la Republica y promueve obras sociales de caridad y Evangelización, desarrollo humano y servicio a la comunidad.

domingo, noviembre 9

NUEVE CARTAS DE NAVIDAD PARA TI...

Estaba pensando que escribir para esta entrada y dando una vuelta por el contenido de la Revista Vincentiana encontré unas cartas de Adviento que son habituales año tras año enviadas esta vez por nuestro anterior Superior General el Padre Robert Maloney , CM.

Cada carta conlleva un compromiso personal de conversión y de entrega renovada al Señor y la construcción de Su Reino. Sugiero que las cartas además de la lectura y compromisos personales, también puedan ser trabajadas en grupo y como material para la misión de navidad que se aproxima son una excelemte fuente.

Jóvenes y no tan jóvenes que visitan este BLOG ánimo. Que esta navidad nos traiga una conversión más profunda y una alegría renovada.
Recomiendo leerlas despacio, meditadas, en oración y con papel y lápiz para escribir las resoluciones prácticas que de ellas salga... (inserto un pequeño texto de cada una para daros un abrebocas)

Primera Carta: Una Navidad con San José. (clic para descargar)
El Adviento está con nosotros. Imaginen lo que sintió José cuando se aproximaba el nacimiento de su misterioso hijo: perplejo, emocionado, atemorizado. Sin embargo en su perplejidad, este carpintero de medios modestos, tuvo enormes recursos. La palabra de Dios fue su fortaleza. La fe profunda fue su luz en la oscuridad. Le permitió ver la presencia de Dios incluso cuando el sufrimiento, la privación y la violencia parecían reinar.

Segunda Carta: Encarnación desde el cántico de Filipenses 3.
El Adviento es un tiempo de serena reflexión. Hermanos, les exhorto a hacer de él un momento para aceptar más plenamente la condición humana que compartimos con Jesús, con sus alegrías y penas, con sus momentos de aceptación y rechazo, salud y enfermedad, e incluso muerte. Espero también que este Adviento sea un tiempo en el que toda la Congregación pueda estar más plenamente identificada con los pobres en su falta de poder, como lo estuvo Jesús, la Palabra hecha carne. Entonces podremos ciertamente proclamarle más auténticamente como Señor, ya que —como nos dice Pablo— en su anonadamiento fue exaltado y en su muerte resucitado.

Tercera carta: Cristología de San Juan 1 y búsqueda de la sabiduría en navidad.
Les exhorto este Adviento a pedir que la sabiduría de Dios pueda nacer de nuevo en su corazón. La Sabiduría es crucial en la vida, especialmente en nuestras vidas de anunciadores de la buena noticia. ¿Se han dado Vds. cuenta alguna vez cómo presenta el Libro de los Proverbios la sabiduría del misionero? Ella es un predicador que clama por las calles un mensaje de reproche y de promesa en la plaza del mercado y a las puertas de la ciudad (1, 20-33). Los primeros lectores del himno de Juan ciertamente eran muy conscientes de las apasionantes palabras de los Proverbios". El principio de la sabiduría es: adquiere la sabiduría....Aférrate a la instrucción, no la sueltes, guárdala, que es tu vida" (4, 7-13).

cuarta carta: Búsqueda del Señor con los Reyes Magos.
"Un gran teólogo moderno, reflexionando sobre los Magos, escribió una vez: A(Vayamos también avanzando en el aventurado viaje del corazón hacia Dios! (Corramos! Olvidemos lo que queda atrás. Todo un futuro se presenta abierto ante nosotros. Todas las posibilidades de la vida están todavía abiertas, porque aún podemos encontrar a Dios, encontrar todavía más. El vacío humano es superado por aquellos que corren al encuentro de Dios, del Dios cuya realidad más pequeña es mucho más grande que nuestra mayor ilusión, el Dios que es eterna juventud..." Karl Rahner.

quinta carta: Navidad Gozo de Ängeles y de humildes pastores de ovejas.

El ángel deja muy claro que la noticia que él proclama es gozosa. Para subrayar este punto, Lucas trae a escena todo un coro angélico que glorifica a Dios. Como evangelizadores, ¿somos nosotros portadores de alegría? ¿Nuestra presencia en medio de los pobres es "buena noticia"? ¿Sabemos cómo celebrar al Señor que se acerca? ¿Es evidente que, como los pastores, estamos contentos de dar a conocer el mensaje que se nos "ha anunciado de este niño"? (2,17). El Adviento y la Navidad son momentos de profunda alegría. ¿Sabemos compartir en estos días la alegría de los pobres y añadir la nuestra a la suya?...

Tengo la experiencia personal - el Adviento siempre me lo recuerda - de que llevamos nuestra fe y nuestra esperanza “en vasijas de barro” (2 Cor 4, 7). Cantamos nuestros cánticos de liberación, a veces, con confianza; pero, frecuentemente, entre dudas y temores. San Agustín, en una estupenda lectura que la Iglesia ha colocado en la Liturgia de las Horas, nos alienta: Cantemos aquí, en la tierra, el Aleluya, aún en medio de nuestras dificultades, para que podamos luego cantarlo allá, estando ya seguros... Las maravillas de Dios se cantan allá y aquí. Aquí, las cantamos en medio de la ansiedad; allá, en seguridad; aquí, las cantan los que han de morir; allá, los que han de vivir para siempre; aquí, se cantan en esperanza; allá, en el cumplimiento de la esperanza; aquí, las cantan los que están todavía en camino; allá, los que ya viven en su patria. Por tanto... cantemos ahora... cantemos tal como suelen cantar los caminantes: canta, pero camina... Canta y camina a la vez.

septima carta: Adviento un llamado de PAZ personal, relacional y social.
"!les pido que se unan a mí en un himno entusiasta del siglo XVIII que, en una interpretación musical del segundo capítulo de Lucas, proclama el mensaje de los ángeles y nuestra fe:
¡Gloria al Rey recién nacido;
paz en la tierra y dulce gracia,
Dios y los pecadores reconciliados!”
Canten de alegría todas las naciones,
únanse al triunfo de los cielos;
proclamen con el ejército de los ángeles:
¡Cristo ha nacido en Belén!”
¡Escucha! Los ángeles mensajeros cantan:
¡Gloria al Rey recién nacido!”.

octava carta: Cuatro mujeres mencionadas en la genelaogía de Mateo, cómo nos pueden ayudar a vivir el misterio del Adviento.
La genealogía aparentemente aburrida de Mateo hoy nos plantea un reto muy apropiado: ¿permanecemos aislados, como Mateo temía que fuese el caso de muchos de sus lectores? ¿Estamos tan embebidos en nuestro propio trabajo y en nuestra provincia que rara vez alzamos la mirada hacia el ancho mundo de los pobres de otros continentes y hacia nuestros hermanos y hermanas que allí les sirven? ¿Nos sentimos miembros de una Familia universal y vivimos en solidaridad activa con quienes son aún más pobres que nosotros, compartiendo con ellos nuestro amor afectivo y efectivo, parte de nuestros bienes materiales y nuestra oración?

novena carta: Navidad compartida con la María histórica.
Dietrich Bonhoeffer, un teólogo mártir, ejecutado por los nazis, escribió esto: “La canción de María es el más antiguo himno de Adviento. Es a la vez el himno más apasionado, desenfrenado e, incluso se podría decir, el más revolucionario himno de Adviento jamás cantado. Ésta no es la María dulce, tierna y de ensueño que a veces vemos en los cuadros; quien aquí habla es la María apasionada, entregada, vehemente y entusiasta. Esta canción no tiene nada del tono dulce, nostálgico o hasta juguetón de algunos de nuestros villancicos de Navidad. Al contrario, es un canto duro, fuerte e inexorable sobre los tronos que se desploman y señores de este mundo que son humillados, sobre el poder de Dios y la debilidad de la humanidad”.
Este Adviento me uno a María y a ustedes cantando su resonante canto. Que sea una alabanza del poder de Dios y una profecía del mundo que vendrá.


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