Por mi bautismo soy misionero (San Vicente de Paúl).
El Laicado Misionero en la historia de la Iglesia
La misión cristiana arranca de la vida y el mensaje de Jesús, con su visión de una comunidad universal de hombres iguales ante su Creador y Padre, el Dios que actúa en la historia para la salvación del género humano. El Evangelio, que es a la vez el mensaje de Jesús y el mensaje sobre Jesús de los primeros cristianos, está dirigido a todos los hombres, y desde el origen está libre de limitaciones sociales, nacionales, raciales o culturales.
Empujados por el Espíritu, el grupo inicial de los seguidores de Jesús sale de su seguridad del cenáculo para afrontar los dramas del hombre y de la historia. Nace así la Iglesia como depositaria y continuadora de la misión de Jesús. En los orígenes, junto al ministerio misionero itinerante, como el de Pablo y Bernabé, también los cristianos seglares extendieron el evangelio en sus contactos del día a día y en sus desplazamientos; no es un fenómeno nuevo. Pero después, y durante siglos, estos cristianos han sido considerados como menores frente al clero y a los religiosos; entre las razones se podrían citar la falta de formación y un modelo de Iglesia clerical, donde no era ya el bautismo el que daba protagonismo eclesial, sino la profesión de votos o el sacramento del orden; y probablemente también habrá contribuído el hecho de que esta situación resultaría mas cómoda a todos.
Hoy de nuevo los bautizados creemos que el Espíritu de Dios está sobre nosotros, porque nos ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, dar la Ya en la edad moderna, la participación de los cristianos laicos en lo que ahora llamamos misión "ad gentes" comienza en el siglo XIX en las Iglesias protestantes; un ejemplo extraordinario lo tenemos en la labor evangelizadora y humanitaria del Dr. Livingstone, más conocido entre nosotros por su faceta exploradora. El renacimiento del misionerismo seglar en la Iglesia Católica surge en la década de los años 50 del siglo XX, en la que nacen las primeras asociaciones de laicado misionero. Desde entonces, ha ido creciendo y fortaleciéndose a lo largo de los años, al tiempo que se va produciendo un cambio en la valoración del fenómeno: hoy resulta que la misión universal en el nuevo milenio sólo será posible si realmente los laicos asumen su compromiso y su responsabilidad misionera. Todos los documentos del Magisterio de esta época sobre el tema misionero vienen resaltando este hecho. En Lumen Gentium 33 se trata ya de la participación de los seglares en la misión de la Iglesia como testigos y como instrumentos vivos. Y en la actividad misionera, la aportación de los laicos es absolutamente necesaria porque sin ellos el evangelio "no puede penetrar profundamente en las conciencias, en la vida y en el trabajo del pueblo" (Ad Gentes 21).
Hoy de nuevo los bautizados creemos que el Espíritu de Dios está sobre nosotros, porque nos ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, dar la vista a los ciegos, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
http://www.misiones.catholic.net/laicosmis.htm
Cómo hacer la Lectura orante de la Palabra de Dios (Lectio Divina).
La «lectio divina » es una manera de entrar en diálogo con el Dios
que nos habla a través de su Palabra.
Podemos representar gráficamente el itinerario de la «lectio divina »
de esta manera:
LECTURA ¿Qué dice el texto?
• Leer el texto de manera atenta y respetuosa.
• Detenerse (estar-reposar)sobre el texto.
• Descubrir el mensaje de fe.
COMPROMISO
¿Qué camino de vida me invita a tomar?
• Ver la realidad con la mirada de Dios.
• Configuración con Cristo y vida en el Espíritu.
• Anuncio,compromiso y caridad.
MEDITACIÓN
¿Qué me dice el texto?
• Ponerse ante el espejo de la Palabra.
• Interiorizar.
• Ahondar en la propia vida.
ORACIÓN
¿Qué me hace decirle a Dios?
• Orar la Palabra:pido,alabo,agradezco,suplico …
CONTEMPLACIÓN
• Dios se me da a conocer con la experiencia
del corazón.
• Serenidad ante el misterio de Cristo.
http://www.verbodivino.es/images/recursos/recurso_20.pdf
El año litúrgico y la liturgia para la celebración de la Semana Santa. (Domingo de Ramos y Triduo Pascual)
Semana Santa: Domingo de ramos
Con el Domingo de Ramos se inicia la Semana Mayor. En este día la Iglesia hace memoria de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, para llevar a cabo su misterio Pascual. En la liturgia se nos presentan los dos aspectos fundamentales de la Pascua:
La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén como anuncio e imagen del triunfo de su Resurrección.
El recuerdo de su Pasión (el evangelio), que marcará la liberación de la humanidad del pecado y de la muerte.
Las lecturas bíblicas nos invitan a vivir en ese día los acontecimientos de entonces: aceptar a Cristo como el Señor y entrar vivencialmente al drama de la pasión.
Lunes a Miércoles Santo
Son días propicios para la reflexión profunda, la Iglesia nos invita como en una "última llamada" a acercarnos al Sacramento de la Confesión con el fin de estar preparados para vivir la vigilia pascual y el gran acontecimiento de la Pascua. El cristiano debidamente preparado estará en gracia de Dios para participar con toda la Iglesia del gran banquete de la Eucaristía en la Misa más importante del año.
Jueves Santo
Hay dos celebraciones importantes:
La Misa Crismal: se celebra durante la mañana en la Catedral. Todos los presbíteros (sacerdotes) de la diócesis se unen al Obispo que preside la celebración eucarística y bendice los Santos Oleos (aceites o crismas) que se usan en los sacramentos durante todo el año. Esta celebración es como una fiesta de todos los sacerdotes, que se alegran por su propia consagración y que ven en Cristo, cuyo nombre significa consagrado por medio de la unción, su modelo y su guía. Durante esta Misa se hace la renovación de las promesas sacerdotales, para renovar su compromiso de fidelidad para el servicio del Pueblo de Dios. Los Oleos que se bendicen son: el Oleo de los Catecúmenos con el que los cristianos reciben su primera unción en el Bautismo; el Oleo de los Enfermos, para el sacramento de la Unción; y el Santo Crisma, utilizado también en el Bautismo, en la Confirmación y en la unción en el Orden Sacerdotal.
La Misa Vespertina: con la que se inicia el Triduo Pascual (se le llama víspera). En esta misa se celebra la Institución de la Eucaristía, del Sacerdocio y el Mandato del Señor sobre la caridad fraterna. Es la conmemoración solemne de la "Ultima Cena" de Jesús con sus Apóstoles, cuando Jesús:
"Da instrucciones" de cómo los cristianos hemos de recordar y actualizar su Sacrificio -la Eucaristía- "…hagan esto en memoria mía.." (Lc 22, 18-19)
Instituye formalmente el Ministerio de los Sacerdotes y pide por la unidad de su Iglesia "…que todos sean uno…" "Así como tú me enviaste al mundo, así yo también los envío al mundo….." (Jn 17, 11. 18)
Habla de lo más importante de la vida del cristiano: el amor "Ley doy este mandamiento nuevo. Que se amen unos a otros… como yo los he amado". (Jn 13,34.35)
Viernes Santo
Es el primer día del Triduo Pascual. La Iglesia no celebra un funeral, sino la muerte victoriosa del Señor. Es un día de amorosa contemplación del Sacrificio de Cristo.
Es el único día del año en el que no se celebra la Eucaristía, es decir, no hay Misa, ni Consagración del pan y el vino, recordando que en estos días (viernes y sábado) los Apóstoles estuvieron escondidos y sumergidos en la tristeza por miedo a los judíos y por la pena de ver preso y condenado a su Maestro. Hay, sin embargo, celebraciones solemnes que convocan a todos los fieles para:
La Liturgia de la Palabra. Son lecturas Bíblicas del profeta Isaías (Antiguo Testamento), que anuncia detallando de manera sorprendente la pasión del Mesías, y del Nuevo Testamento, el relato de la Pasión de Cristo narrada por San Juan y de la exaltación de Jesús Crucificado como "sumo sacerdote que penetró en los cielos" (Hb 4, 14). En estas lecturas se subraya el aspecto glorioso de la Pasión, para manifestar a Cristo como Rey y como Dios. Se concluye con una solemne oración de los fieles por las grandes intenciones de la Iglesia y del mundo, poniéndolas al pie de la Cruz, sobre la cual muere Cristo por todos los hombres.
La Adoración de la Cruz. Es más bien la Adoración de la persona de Cristo Crucificado y el misterio significado por esta muerte por todos los hombres. No es el material de la cruz, sino lo que la cruz significa para nosotros lo que los cristianos adoramos. La Iglesia levanta el signo de la victoria del Señor para manifestar el cumplimiento de lo que Jesús había dicho: "Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12,32). Al contemplar a Cristo Crucificado, vienen a la mente sus palabras. "Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15,13).
La Comunión. Aunque durante el viernes y sábado santos no se celebra ningún sacramento, se reparte entre los fieles la comunión, consagrada desde el día anterior, para permitir una mayor unión con el Cristo que nos salva con su muerte.
Sábado Santo
Durante este día la Iglesia está en actitud de silencio, propicio para la reflexión y oración, esperando la hora de la víspera para dar inicio a la Vigilia Pascual esa noche.
Símbolos y ritos de la celebración
BENDICIÓN DEL FUEGO
Es el inicio de la vigilia. Habla del paso de las tinieblas a la luz, de la noche al día. Las tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; y la luz simboliza a Cristo Resucitado.
CIRIO PASCUAL.
Se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y se reparte su fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración, significando que Cristo, "Luz del Mundo", ilumina la vida de los hombres con su Resurrección. Se coloca al frente, en el presbiterio, desde donde domina toda la asamblea.
PROCESIÓN
Consiste en entrar al templo o lugar de la celebración, precedidos por el Sacerdote que lleva el Cirio Pascual en Alto, significa que somos el Nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado, nuestro Jefe y Luz del Mundo a través del desierto de esta vida hacia la Patria Celestial.
LITURGIA DE LA PALABRA
El símbolo de la luz del cirio cede el lugar a la realidad de Cristo, luz del mundo, presente en su Palabra, proclamada en esta noche. En ninguna otra celebración hay tantos textos como en esta. Son nueve lecturas que presentan en síntesis la Historia de la Salvación. Las lecturas se hacen a manera de diálogo entre Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio, aclamaciones y cantos de salmos. Las siete primeras lecturas se hacen del Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación (Génesis); recordar los prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo (Éxodo); leer a los profetas que anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las siguientes dos lecturas son, una de San Pablo que anuncia a la nueva Iglesia que Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más importante, el Evangelio, que narra la Resurrección del Señor.
LITURGIA BAUTISMAL
Momento en que se bendice el agua bautismal, se celebra el Bautismo a quienes se hayan preparado para ingresar en la comunidad cristiana y se renuevan las promesas bautismales por parte de todos los presentes.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Como en todas las Celebraciones Eucarísticas (Misas), se prepara el altar con los dones del pan y el vino, para hacer presente la Pascua de Cristo, como Él nos lo enseñó. La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La palabra eucaristía, significa "acción de gracias". En esta noche pascual, la Iglesia celebra su acción de gracias a Padre por habernos dado a su Hijo muerto y resucitado. En esta noche se comprende más que nunca el porqué los primeros cristianos llamaron Eucaristía a la Cena del Señor. Este es el momento en que nació la verdadera Eucaristía: ¡La Pascua!. Por esto, el Misterio de la Noche Pascual culmina en la Eucaristía, que ya no la ofrece Cristo solo, sino en compañía de su Iglesia.
Domingo de resurrección
Hoy se celebra el acontecimiento pascual como "El Día del Señor". Este es el Domingo que da sentido a todos los domingos del año. Es el día del triunfo del Señor. El Cirio Pascual está colocado al frente, cerca del altar, encendido durante todas las elebraciones litúrgicas del tiempo pascual hasta Pentecostés, simbolizando que Cristo Resucitado está presente, presidiendo todas las acciones litúrgicas de su Iglesia. Las lecturas bíblicas de este día contienen lo que llamamos el Kerigma, es decir la proclamación novedosa del acontecimiento pascual y un llamado a vivir los compromisos con Cristo resucitado. Quien vivió la celebración de la víspera en la Vigilia Pascual, puede o no asistir a esta Misa dominical del día siguiente. Con asistir a la Misa solemne de Pascua se cumple el precepto dominical.
http://www.rosario.org.mx/liturgia/a_liturgico/cuaresma2.htm
Elementos básicos sobre la Bíblia. (Material de la Escuela Bíblica Villa Paúl)
LA BIBLIA, ASOCIACIÓN ENTRE DIOS Y EL PUEBLO
Al concluir el estudio de este capítulo, usted percibirá que la Biblia no es un libro misterioso y difícil. Es una historia viva y actual. ¡Es la voz del mismo Dios que se comunica en lenguaje humano, hablando personalmente con usted!
1. BIBLIA, ASOCIACIÓN ENTRE DIOS Y EL PUEBLO
Comenzamos con el pe a pa de la Biblia para familiarizarnos con ella, partiendo de nociones básicas como el significado de su nombre, la presencia de dos testamentos y el modo de encontrar un de los 73 libros o incluso una cita en ellos.
Biblia, biblioteca de Dios y de la humanidad: “Biblia” viene de la palabra griega Biblos y significa “libros” o “colección de libros”, por lo tanto, Biblia, más que un libro, es una colección de más de setenta libros, que contienen la Palabra de Dios que fue escrita en lenguaje humano. Estos libros no se escribieron en el orden que hoy los encontramos. Ni siquiera cada libro se escribió de un tirón, fueron escritos por muchos autores humanos inspirados por Dios; por ello, los materiales que encontramos en esta biblioteca son muy diversos.
Dos testamentos, la herencia de Dios para nosotros: la Biblia está formada por dos grandes bloques llamados Testamentos. ¿Qué es un testamento? Es un acto personal, unilateral, gratuito y solemne, por el cual alguien, deja su patrimonio, después de su muerte, a favor de los hijos o de otra persona.
El Antiguo Testamento forma la primera y la mayor parte de la Biblia. Está compuesto por los libros que fueron escritos antes del nacimiento de Jesús, aproximadamente entre los años 1250 y 50 a.C. Este gran bloque lo podemos dividir en cuatro partes:
el Pentateuco, los libros históricos, los libros proféticos y los escritos sapienciales.
El Nuevo Testamento es la segunda parte del gran libro llamado Biblia. Trae los escritos hechos después del nacimiento de Jesús, los cuales hablan sobre él y las primeras comunidades cristianas. Comienzan a ser escritos unos 20 años después de la muerte de Jesús y fueron concluidos alrederos del año 115 d.C. Los libros del Nuevo Testamento podemos agruparlos en tres bloques: los Evangelios sinópticos y hechos, los escritos joánicos, cartas paulinas y católicas.
¿Cómo hallar una cita en uno de los 73 libros de la Biblia?: Cuando los libros de la Biblia fueron escritos, no traían, como hoy, títulos y subtítulos, en una división de capítulos y versículos. Tampoco existían las notas de pie de página ni las introducciones de cada libro. La división en capítulos fue organizada en 1214 d. C. por el arzobispo de Canterbury, en Inglaterra, Stephan Langton. Y la división en versículos, fue organizada por Robert Etinne en 1551 d.C.
Encontrar un texto en esta biblioteca es muy fácil. Todos los libros están divididos en capítulos. Cuando queremos referirnos a un texto concreto, basta que citemos el libro con su sigla (Gn, Gal, Mc, etc) seguido del número del capítulo, una coma y el de los versículos. Si son varios versículos seguidos, se cita el primero y el último separados por un guión; si no son seguidos se separan con un punto. Por ejemplo:
Gn 15, 2-6 = Génesis, capítulo 15, versículos del 2 al 6. Gal 3, 15-17= Gálatas, capítulo 3, versículos del 15 al 17.
Las distintas citas se separan entre sí por un punto y coma (Dt 8, 7-10; Mt 5, 3-10), pero cuando son del mismo libro no es necesario repetir la sigla (Dt 8, 7-10; 9, 1-6). Cuando se citan capítulos enteros se separan también por un guión (Mt 5 – 7 = Mateo, capítulos del 5 al 7). Finalmente, si la cita abarca desde un capítulo ya comenzado a otro también comenzado, se sita de la siguiente manera: Hch 1, 6 – 3, 14.
Ejercicios: a) Buscar todas las anteriores citas. b) Mc 8, 27-29.31; 9, 42 – 10,12. c) St 2,5. d) Hch 8, 20-30. Ex 3, 1-7; Lc 24, 13-35
http://pastoralvipa.blogspot.com/2008/07/la-bilblia-comunicacin-entre-dios-y-el.html
Cómo realizar las visitas familiares y aspectos logísticos y operativos para tener en cuenta en la Misión (recomendaciones).
Puntos Adicionales para un Buen Diálogo:
1. Haga(n) oración antes de realizar la visita domiciliaria.
2. Bendiga(n) la casa conforme se acerca.
3. Propicie(n) en una conversación cotidiana: “bonito día…, le agradezco el tiempo que le dedique a esto…, es bonita la calle donde Usted vive…, etc.”
4. Escuche(n) la realidad y sentimientos que pudieran requerir de una respuesta sacerdotal. Lléve(n) consigo el corazón pastoral de Cristo.
5. Hága(n) buen contacto con la mirada.
6. Trabaje(n) en equipo. Si van en grupo de dos, designen a una sola persona para ser el
interlocutor. La misma persona deberá escribir la información. El otro miembro del
equipo hará aclaraciones o estará pendiente de que no se olvide ninguna información.
7. Utilice(n) el nombre de la persona que visitan conforme van hablando (no
necesariamente su primer nombre).
8. Sonría(n)
9. Utilice(n) la paráfrasis y repitan lo que la persona les ha dicho.
No discuta(n).
No tome(n) partido alguno.
No trate(n) de sobresalir.
No predique(n).
Si, escuche(n) sus relatos.
Sí, demuestre(n) compasión.
Sí, muestre(n) aceptación.
Sí, discúlpense cuando sea necesario.
Sí, comparta(n) la Buena Nueva cuando sea conveniente.
Sí, hága(n) una invitación.
Sí, admita(n) que sabe(n) cuando sea necesario.
IV. Puntos que Recordar: Primero, recen. Pidan al Espíritu Santo que los acompañe al igual que la persona visitada. Ahora, relájense. El resto está en manos del Señor. El Espíritu del Señor los ha ungido para salir y dar Su testimonio. Las visitas domiciliarias se basan en las relaciones. Un “acercamiento encajonado” no es apropiado para cada circunstancia. Con la práctica, se aprende la habilidad. Confidencialidad: No compartan ningún detalle de la visita. Si piensan que deben hablar con alguien acerca de la situación dada, procuren que sea con un miembro del personal de la parroquia. Si se tratade un asunto que debe ser analizado, asegúrense de obtener el consentimiento del parroquiano.
http://www.cdop.org/pdfs/ParishHomeVisitation-SP.pdf